
Lima, 06 de Diciembre del 2025.– La Micro, Pequeña y Mediana empresa (Mipyme) representa la columna vertebral del empleo en el Perú: genera el 80% de los puestos de trabajo y son esenciales para la actividad económica tanto en ciudades como en zonas rurales, andinas y amazónicas. Aun así, su participación en cadenas de valor estructuradas sigue siendo limitada, pues persisten brechas profundas en productividad, digitalización, sostenibilidad y acceso al financiamiento, que aún limitan su ingreso a mercados más competitivos.
Mientras sectores como el turismo, el agro y el comercio avanzan con modelos modernos y articulados, miles de emprendedores -muchos de ellos productores rurales, artesanos u operadores turísticos- mantienen una actividad desconectada del ecosistema que realmente genera oportunidades económicas. Esta falta de integración es hoy una de las principales barreras para que puedan prosperar y competir en igualdad de condiciones.
Hacia una mayor integración de las Mipymes en cadenas productivas
Ante este escenario, Walter Rojas, gerente de Negocios de Caja Cusco, sostiene que la entidad ha puesto en marcha un modelo enfocado en incorporar a las Mipymes a cadenas productivas estratégicas, especialmente en regiones andinas y amazónicas. La entidad parte del principio de que la competitividad de un negocio no depende únicamente del acceso al crédito, sino de su capacidad para articularse con actores ancla.
En Cusco, por ejemplo, este enfoque ha demostrado resultados concretos dentro de la cadena turística, una de las más relevantes del país. La integración de artesanos, transportistas, pequeños operadores y proveedores locales con el flujo económico del visitante ha sido posible gracias a procesos de formalización progresiva, financiamiento especializado y vínculos comerciales que les permiten participar en procesos formales.
De esta experiencia se desprenden aprendizajes que pueden replicarse en otros sectores del país:
Incluir a las comunidades andinas requiere presencia y adaptación cultural
La inclusión financiera en regiones quechua hablantes exige un enfoque diferente. En estas zonas, la confianza, el idioma y la relación persona a persona tienen un peso decisivo. La presencia territorial a través de agencias rurales y analistas itinerantes, la comunicación en quechua mediante colaboradores locales y la articulación con presidentes comunales y referentes comunitarios han permitido que más emprendedores rurales accedan a servicios financieros por primera vez.
Este acompañamiento se complementa con productos adaptados a la realidad agrícola y ganadera, evaluaciones que se ajustan a los ciclos productivos, montos progresivos que crecen según el historial del cliente y servicios complementarios como microseguros y ahorro programado: “La inclusión financiera en el Perú requiere modelos que reconozcan la diversidad territorial, cultural y productiva del país. Las Mipymes representan la mayor fuerza laboral del Perú, pero necesitan soluciones que respondan a su realidad y que les permitan integrarse a cadenas de valor sostenibles”, agregó Walter Rojas.
Acerca de Caja Cusco
Fundada en 1988, la Caja Municipal de Ahorro y Crédito Cusco (Caja Cusco) es una institución líder en microfinanzas en el Perú, con más de 37 años de experiencia brindando servicios financieros a micro y pequeñas empresas. Está comprometida con la inclusión financiera, especialmente en zonas rurales con acceso limitado a la banca tradicional. Como referente en sostenibilidad, mantiene un firme compromiso con el desarrollo del pequeño agricultor rural en el país.