En el territorio iqueño existen testimonios culturales en todo el período pre hispánico, desde los comienzos del paleolítico hasta el desarrollo de las grandes culturas como Paracas, Nazca y Chincha.
Los sitios arqueológicos de Paracas, divididos en dos grandes etapas, Paracas Cavernas y Paracas Necrópolis, están situados en la península del mismo nombre: Paracas Cavernas, en la zona norte del Cerro Colorado, y Paracas Necrópolis, en el promontorio Wari Kayan, en el sureste de la bahía.
Las Líneas de Nazca constituye la expresión Nazca mejor conservada de la región. En cuanto a la cultura Chincha, destaca el conjunto arquitectónico de Tambo de Mora, donde se aprecia el centro ceremonial de La Centinela. próximo a este lugar se hallan la Huaca Alvarado y la Cumbre. Dignos de visitarse son Lurín, Chincha y la fortaleza de Ungar . En el valle de Pisco, se halla la ciudadela de adobe de Tambo Colorado, huella de la época inca.
LAS LÍNEAS DE NAZCA
Las LÍneas de Nazca habrían sido descubiertas por Toribio Mejía Xeespe, hidrologista y arqueólogo, en 1926, quien no le dio mucha importancia al hallazgo. Paul Kosok, en cambio, sí se interesa y esboza una teoría de corte astronómica sobre los geoglifos. pero será María Reiche quien se dedique desde 1930 en cuerpo y alma a su estudio y defensa. Para tratar de revelar el misterio de los geoglifos se valió de sus conocimientos de matemáticas, física y geografía.
Las superficies donde se hallan los geoglifos no son lugares inhóspitos ni tampoco perdidos. Al respecto, sostiene Krysztof Makowski: “Si se proyectan los lugares con geoglifos sobre el mapa de asentamientos pre hispánicos, claro que éstas fueron relacionados, por un lado, con lugares sagrados, cementerios y centros ceremoniales; y por otro lado, con las aldeas. Todos estos sitios se ubican en el límite entre los campos de cultivo y el desierto”.
Son más de 10,000 líneas que se despliegan en las pampas de Nazca y se ubican en tres zonas: Sacramento, Palpa y Pichango, en los cuales sobresalen las formas geométricas, y las de Cantalloc y San Jorge, donde se encuentran los geoglifos figurativos. El área aproximada que ocupan las líneas es de 350 Km2 y se ubican principalmente en una planicie donde la temperatura bordea los 45°c. Los geoglifos de figuras de humanos y animales superan la treintena y se pueden contemplar en un área de 50 Km de largo por 15 de ancho, entre los cuales destacan la araña, el loro, la ballena, el colibrí, el lagarto, el perro, el cóndor, el mono, el pez, y el árbol. En cuanto a los geoglifos geométricos hay centenares de cudriláteros, trapecios y triángulos.
Las líneas se han formado al retirar la capa superior que contiene riolita roja, especie de piedra volcánica, dejando al descubierto la capa de arena inferior, de arcilla y de color amarillo. Los surcos poseen una profundidad promedio de 30 cm y están custodiados por filas de piedrecillas.
Es importante destacar que las líneas no se hallan únicamente en Nazca, también aparecen en los Andes centrales hasta el valle de Lambayeque. Cerca de Lima están en el valle de Chillón, próximo a Huacoy-Coucon y en la quebrada de Canto Grande. Otros dibujos parecidos los hallamos en Bolivia y Chile.Las Líneas de Nasca fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994.
Las Líneas de Nasca están situadas en las Pampas de San José, a 25 km de la ciudad de Nasca (15 minutos), a la altura del km 424 de la Carretera Panamericana Sur.
HIPÓTESIS
Para Mejía Xeespe, connotado colaborador de Julio C. Tello, las líneas demarcaban caminos procesionales entre los valles. Hace poco, Silverman esbozó la idea de que la línea que une a Cahuachi con Ventila había un camino ceremonial. Hans Horkheimer, por su parte, sostenía que los geoglifos fueron elaborados durante ceremonias en honor a los dioses ancestrales. Tony Morrison propuso un hipótesis similar: las líneas están asociadas a las imágenes de divinidades y espíritus protectores.
En cuanto a la hipótesis de María Reiche, quien equipara las líneas con las configuraciones estelares adolece de sustento científico, ya que no son verificables.
Al parecer, la hipótesis más confiable es la de Johann Reinhard: “Las líneas se relacionan directamente con el culto a los dioses de los cerros, los wamani, en cuyo poder se encuentran los fenómenos atmosféricos, y en particular las lluvias. Las líneas largas, que parecen orientarse hacia un punto en el horizonte, servían como caminos sagradoso ceques. En las creencias cusqueñas, recordemos que el ceque une el lugar de la ofrenda con su destinatario divino y es utilizado por los representantes de una comunidad escogida durante un tiempo definido y con fines ceremoniales precisos, relacionados a menudo con el calendario agrario. Los trazos rectangulares y triangulares pueden ser interpretados como recolectores simbólicos con las fuentes de recursos hídricos: los ríos y las quebradas, el mar y los cerros” (Makowski).
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