El mejor café peruano procede de la finca El Mirador, en la provincia de Jaén, y es producido por un padre de familia de 33 años junto a su esposa y madre.
“Traigo sonidos de reguetón y trap pegadizos que invitan a bailar, con un mensaje claro en la historia: el amor es universal y no entiende de clases sociales”, afirma Nawi.