Desde hace casi 10,000 años el territorio ar equipeño es habitado por el hombre, cuando llegaron a la zona los primeros grupos recolectores y cazadores. Testimonio de esta presencia lo constituyen el asentamiento de Huanaqueros y las cuevas de Sumbay, Mollepunku, Quelkatani y Puntillo.
Las denominadas cangos y atacamas son las etnias más antiguas de grupos humanos que practicaban una agricultura incipiente así como también la alfarería. Se estima que hacia el siglo V a.C. ambos pueblos habrían cultivado especies superadas de maíz, mandioca, frijol, ají, camote y pacay.
En la vertiente occidental de los andes del sur del Perú, entre el valle de majes y el de Antofagasta, el arqueólogo Julio C. Tello sostiene que posiblemente se desenvolvió una civilización ligada con la primera etapa de Tiahuanaco, llamada puquina-atacama. Se han encontrado sepulcros pétreos en Vítor, Siguas y Tambo. Paralelamente, aparecieron los pukaras y chiripas, procedentes del altiplano.
La región actual de Arequipa formaba parte del espacio de la cultura Tiahuanaco-Wari (entre los años 900 y 1200 d.C.). Se han encontrado restos funerarios con cerámica de origen diverso, ligado a fases tardías de la difusión Tiahuanaco-Wari.
Hacia el siglo XIV, cuando los incas se expandieron, la zona era habitada por varios grupos, posiblemente descendientes de la antigua cultura puqina-atacama, como los collaguas, collapas, tampus, yarabayas, chichas, chilques y yanahuaras.
Arequipa fue una región casi inaccesible para los incas, lo cual queda evidenciado en la asusencia de monumentos significativos. La fortaleza de Pachamarca, en Maca, provincia de Caylloma, el sitio de Churajón, en Polobaya, y el observatorio del Pichupichu son huellas de la débil presencia inca en Arequipa. Cerca de la cima del nevado Ampato (Caylloma), a 5800 m.s.n.m. se hallaron los restos extraordinariamente conservados de una adolescente: la “dama de Ampato”.
LA DAMA DE AMPATO
Los restos momificados de la dama de Ampato fueron descubiertos el 8 de setiembre de 1995, por una expedición encabezada por el antropólogo Johan Reinhard cerca de las cumbres del nevado de Ampato. Se trata de una niña de entre los 12 y 14 años, que posiblemente había sido ofrecida al apu Misti que hacia 1450 y 1460 había erupcionado, a fin de apaciguar su ira.
TORO MUERTO
En el distrito de Uracas, a cinco kilómetros del Valle de Majes, se hallan los petroglifos de Toro Muerto, un conjunto de grabados de contenido mágico religioso, cuya antiguedad se calcula en 1 200 años.
LOS DINOSAURIOS DE QUERULPA
Son dos huellas que miden unos 60 centímetros de ancho y 10 de profundidad, y serían presuntamente de Plintosaurios, gigantescos animales con un peso de entre 8 y 10 toneladas. Se calcula que estos animales habitaron el lugar hace unos 150 a 200 millones de años.