Lima, 04 de Diciembre del 2025.-La inteligencia artificial se convirtió este 2025 en uno de los temas más determinantes para el futuro de la educación. A nivel global, más de 800 millones de personas utilizan IA a diario y el 86% de estudiantes universitarios del mundo ya emplea IA generativa como parte de su proceso de aprendizaje. En Latinoamérica, la adopción se acelera como respuesta a brechas estructurales cada vez más profundas. Hay entusiasmo, pero también un reto pendiente: transformar el uso espontáneo de la IA en una práctica planificada, ética y formativa.
En el Perú, donde existen más de 1,5 millones de estudiantes universitarios y la deserción afecta a cinco de cada diez jóvenes, la incorporación estratégica de la IA aparece como una oportunidad y una urgencia para garantizar mayor equidad, calidad y permanencia en la educación superior.
Carlos Effio, CEO y fundador de uDocz, señala que el país atraviesa un momento clave para fortalecer sus competencias digitales. “Los estudiantes ya acceden a herramientas de IA genéricas; por eso, las instituciones deben adaptar sus métodos de evaluación, formar a sus docentes y fortalecer el pensamiento crítico para un uso ético y efectivo”. Bien aprovechada, comenta, y con un alineamiento correcto entre universidades, docentes y estudiantes, “esta tecnología puede convertirse en un diferenciador que eleve la competitividad de nuestras instituciones y futuros profesionales”, puntualiza.
A puertas de un año electoral, donde la educación será un eje clave de discusión, especialistas coinciden en que el Perú necesita una política de estado más agresiva en educación y que tenga como una vertical importante el uso correcto de la inteligencia artificial. Hoy no existe un marco que oriente su uso en aulas, evaluaciones, protección de datos o estándares éticos. Para Effio, este vacío podría ampliar aún más las brechas educativas si no se actúa con rapidez: “No se trata de imponer reglas que limiten, sino de un marco general que guíe a las instituciones para establecer sus propias condiciones de uso. Lo que está en juego es el proceso de aprendizaje y la calidad de los profesionales del futuro”.
Frente a este panorama de adopción acelerada, brechas digitales y un rol regulatorio aún difuso es clave identificar los retos y aprendizajes que dejó 2025 para sentar bases sólidas hacia un uso responsable y eficaz de la IA los próximos años. Los datos del Primer Reporte Nacional del Impacto de la IA en Educación Superior muestran con nitidez cómo la tecnología ya está transformando la experiencia educativa y cuáles son las urgencias para estudiantes, docentes e instituciones.
“Las instituciones educativas que incorporen la IA en su planificación para 2026 no solo podrán optimizar recursos y aliviar la sobrecarga docente, sino también ofrecer experiencias de aprendizaje más humanas, personalizadas y sostenibles”, añade Effio. “La clave está en comprender que la IA es una tecnología que todas las universidades tendrán para llevar sus operaciones de manera más eficiente, creando mejores experiencias para estudiantes y docentes.