Lima, 26 de Noviembre del 2025.- El Transporte en el Perú emite alrededor de 9,1 millones de toneladas de CO₂. Frente a ello, la movilidad eléctrica avanza con fuerza, impulsando un cambio profundo en la manera en que se realizan los servicios de delivery. Este nuevo modelo de transporte no solo contribuye a reducir la contaminación en las ciudades, sino que también mejora la economía, y ahora también la inclusión financiera, de miles de repartidores que recorren las calles cada día para atender la creciente demanda de pedidos a domicilio.
“La movilidad eléctrica se basa en el uso de vehículos que funcionan con energía limpia, eliminando la dependencia de los combustibles fósiles. Su importancia radica en el impacto directo que tiene sobre las emisiones y la sostenibilidad urbana. Según datos de Mobi, cada repartidor que utiliza una moto eléctrica logra reducir 1,5 toneladas de CO₂ al año, una cifra que cobra especial relevancia en un contexto donde el transporte es uno de los principales generadores de contaminación en Lima y otras ciudades del país”, agregó Ariel Revollo, Co-Founder & CEO de Mobi Latam.
El cambio hacia la movilidad eléctrica también está generando efectos económicos positivos. Mobi estima que los repartidores que usan motos eléctricas logran incrementar sus ingresos en más de un 60% y reducir sus costos operativos en más del 50%, principalmente gracias al ahorro en combustible y mantenimiento. Pero el impacto va más allá: el acceso a modelos de financiamiento accesibles y sistemas de pago digitales está permitiendo que miles de repartidores, muchos de ellos fuera del sistema financiero tradicional, puedan acceder por primera vez a herramientas que mejoran su estabilidad económica y su historial crediticio. La movilidad eléctrica se convierte así en una puerta de entrada hacia la inclusión financiera real y sostenible.
Otro aspecto relevante es el impacto social. En el Perú, el sector del delivery ha permitido la incorporación laboral de miles de personas, incluyendo trabajadores migrantes, en su mayoría venezolanos, que han encontrado en las motos eléctricas una herramienta accesible y eficiente para generar ingresos. Para muchos de ellos, especialmente quienes no contaban con un respaldo financiero previo, los programas de financiamiento de motos eléctricas se han transformado en una oportunidad tangible para formalizar su actividad, acceder a crédito y construir un historial que les permita futuros beneficios económicos.
“La transición hacia este tipo de transporte representa, además, un paso importante hacia un futuro más sostenible. Dejar atrás las motos a gasolina no solo disminuye la huella ambiental del país, sino que también mejora la calidad de vida en las ciudades al reducir el ruido y las emisiones. En palabras de muchos repartidores, pasar a lo eléctrico no solo es bueno para el planeta, también para el bolsillo”, concluyó Revollo.