Lima, 19 de Setiembre del 2025.-Las importaciones en Perú superaron los US$ 54,965 millones en 2024, un 5.4 % más que el año anterior, según el Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de ADEX. La demanda creció en sectores como tecnología, maquinaria, textiles y combustibles, con China, Estados Unidos y Brasil como principales países de origen.
Pero que el comercio exterior esté en alza no significa que todos ganan al importar. Muchos emprendedores, al intentar traer mercancías desde el extranjero, terminan perdiendo dinero por errores de cálculo de los costos involucrados, no haber realizado ningún análisis de mercado local, permisos no gestionados o una mala elección de proveedores.
“Importar mal no solo te deja sin ganancias. Puede dejarte con productos retenidos, sobrecostos logísticos o stock de mercancías que nadie quiere”, advierte Óscar Olórtegui, docente de la Facultad de Negocios de Zegel.
Antes de dar el primer paso, hay cinco aspectos clave que debes tener claros:
No se trata solo de encontrar algo barato afuera. Es clave estudiar el mercado local y a tu competencia, identificar un nicho específico y atractivo, así como entender qué valor le vas a ofrecer a tu potencial cliente. China, por ejemplo, es el principal país proveedor del Perú, pero eso no significa que toda la oferta que provenga de allí, se venda bien. Asimismo, es importante darse el tiempo de seleccionar proveedores confiables en el exterior a través de la aplicación de ciertos filtros en las plataformas e-commerce B2B como Alibabá, Yiwu Go, Made in China, entre otras.
Cada producto tiene un código arancelario que se utiliza para verificar si requiere permisos especiales a fin de ingresar al país. Revisarlo antes evita problemas en aduanas. Además, permite saber qué impuestos se aplican y si existen beneficios por tratados comerciales.
Si tu pedido no supera los US$ 2,000, puedes usar couriers como DHL, FedEx, UPS, entre otras; o el servicio Importa Fácil de Serpost. Pero si es mayor, necesitarás una Agencia de Aduanas y otros operadores de comercio exterior (OCE) para coordinar el recojo y embarque vía marítima o aérea, además de asumir impuestos como Ad Valorem, IGV e IPM.
El precio del proveedor es solo una parte del desembolso a realizar. También debes sumar transporte internacional, seguro, almacenaje, trámites aduaneros y tributos. Todo eso forma el costo total del producto puesto en tu almacén, conocido como landed cost. Sin este cálculo, no puedes fijar un precio competitivo a nivel local ni saber si realmente vas a ganar.
“No determinar correctamente la estructura de costos operativos totales de tu importación es un error que se paga caro. Allí radica la clave entre rentabilidad o pérdida”, comenta Olórtegui.
Entre los documentos básicos están la factura comercial, documento de embarque, certificado de origen y, si aplica, la póliza de seguro. También la declaración aduanera de mercancías (DAM) cuando el valor de lo importado sea mayor a US$ 2,000.
Y si tu producto está clasificado como restringido —como ciertos alimentos, cosméticos, medicamentos o electrónicos— necesitarás gestionarlo a través de la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE). Esta plataforma del Estado centraliza los permisos requeridos por entidades como DIGEMID, SENASA, PRODUCE, entre otras, evitando trámites presenciales y permitiendo agilizar la nacionalización.
Importar puede ser una puerta abierta al crecimiento empresarial de todo emprendedor, pero solo si se recorre con estrategia y conocimiento. Elegir productos con demanda real, establecer relaciones sólidas con proveedores confiables, calcular todos los costos involucrados y dominar cada etapa del proceso logístico no son detalles menores: son los pilares que separan una inversión inteligente de una experiencia frustrante. En el mundo de las importaciones, la planificación no es opcional, es la clave para transformar una idea en un negocio sostenible y exitoso.