Martes, 1 de Abril del 2025
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Google sacude el tablero energético: asegura energía eólica en España por 10 años

Publicado el 28/03/25

Madrid, 28 de Marzo del 2025.- Google ha dado un paso audaz en el tablero energético europeo . La tecnológica estadounidense ha firmado un acuerdo para abastecerse de electricidad limpia durante una década desde un parque eólico en Cascante, Navarra . Aunque presentado como un avance hacia la sostenibilidad, el movimiento despierta preguntas sobre el papel real de los gigantes tecnológicos. en la transición energética , su impacto local y su control sobre recursos estratégicos.

El parque eólico de Cascante: ¿modelo de sostenibilidad o negocio encubierto?

El acuerdo firmado entre Google y Exus Management Partners implica la compra de toda la energía generada por el parque eólico de Cascante durante los próximos 10 años . Este parque, con una capacidad de 52 MW y 18 aerogeneradores , operará gracias a la empresa noruega Statkraft , encargada de gestionarlo comercialmente. El objetivo declarado de Google es alimentar sus centros de datos europeos con energía renovable , contribuyendo a sus compromisos de reducir la huella de carbono .

Sin embargo, más allá de estas declaraciones, el movimiento plantea ciertos interrogantes. ¿Cuánta de esta energía se utilizará realmente en territorio navarro ? La respuesta es clara: ninguna , ya que toda la electricidad generada se verterá en la red eléctrica general y el consumo de Google estará geográficamente disperso por el continente. Dicho de forma clara: Navarra producirá energía para otros , mientras sus ciudadanos seguirán pagando un alto precio de la luz .

Navarra como escaparate verde: entre el orgullo regional y la apropiación corporativa

Navarra siempre ha sido un referente en energías renovables . Su orografía y condiciones meteorológicas favorecen la instalación de aerogeneradores , y desde hace décadas apuesta por una matriz energética más limpia. El parque de Cascante se enmarca en esta estrategia, pero el acuerdo con Google pone sobre la mesa un dilema: ¿está la región siendo utilizada como simple proveedor energético sin beneficios tangibles para sus habitantes ?

El Gobierno navarro ha celebrado públicamente este contrato como una oportunidad para reforzar la imagen verde de la comunidad y atraer inversión extranjera. No obstante, las voces críticas no se han hecho esperar. Algunos colectivos sociales denuncian que las decisiones se han tomado priorizando intereses empresariales por encima del impacto territorial.

Google , por su parte, refuerza su narrativa ambiental con este tipo de acuerdos. La empresa afirma que este movimiento es parte de su plan para operar exclusivamente con energía libre de carbono en 2030 . Pero mientras los titulares celebran la energía limpia para la nube , pocos analizan que esta “nube” tiene un consumo energético colosal y que el modelo actual externaliza los costes ambientales y sociales.

El discurso institucional insiste en que Navarra se posiciona como polo de innovación renovable, pero la pregunta se mantiene: ¿qué gana realmente el territorio?

¿Hacia un nuevo colonialismo energético impulsado por la tecnología?

Más allá del caso puntual de Navarra, el acuerdo entre Google y Exus evidencia una tendencia global: las grandes tecnológicas están capacitando producción renovable para asegurar su operatividad y reputación . La pregunta es si este fenómeno está dando paso a una nueva forma de colonialismo energético , donde los territorios aportan recursos y las corporaciones concentran poder.

Este tipo de acuerdos pueden complicar aún más el acceso a energías renovables por parte de consumidores comunes o pequeñas empresas. Si las grandes tecnológicas se aseguran cupos energéticos a largo plazo y precios estables ¿qué margen queda para las comercializadoras con tarifas sostenibles? El riesgo de una desigualdad energética se vuelve cada vez más evidente.

Además, aunque las renovables sean una solución ambiental, no están exentas de conflictos. La ocupación de terrenos , la afectación al paisaje y el descontento de las comunidades rurales son elementos que deben ser considerados.

El caso de Google en Navarra no es una excepción, sino un síntoma . Mientras los gobiernos celebran las inversiones como victorias políticas, y las empresas se cubren con el velo verde del marketing ambiental, la sociedad civil se enfrenta a una disyuntiva: ¿aceptamos sin cuestionar este nuevo paradigma energético o exigimos reglas más justas y democráticas para la transición? El debate está abierto y es cada vez más urgente .

Fuente: papernest.es



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