Lima, 13 de Febrero del 2025.- Según estimaciones, cada año se registran aproximadamente 1,800 nuevos casos de cáncer en menores de 18 años en el Perú. Sin embargo, la ausencia de un diagnóstico temprano y el abandono del tratamiento continúan siendo desafíos clave que afectan las tasas de curación, las cuales siguen siendo bajas en el país.
El Dr. Juan García, oncólogo pediatra de la Clínica Anglo Americana, destaca que el principal obstáculo es el desconocimiento sobre los signos y síntomas del cáncer infantil. “Muchos padres, cuidadores y médicos no identifican signos de alerta como fiebre persistente, sangrado fácil, dolor óseo o crecimiento anormal de ganglios. Esto, sumado a la falta de acceso a centros especializados, retrasa el diagnóstico y empeora el pronóstico”.
Los tipos de cáncer infantil más comunes presentan distintos síntomas que deben ser reconocidos para una detección temprana. La leucemia, el tipo más frecuente, se manifiesta con palidez, fiebre, sangrado fácil y dolores óseos. El linfoma se caracteriza por un crecimiento progresivo de ganglios, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso. Los tumores cerebrales presentan síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos y convulsiones.
En menores de cinco años, el neuroblastoma suele manifestarse con fiebre, dolor óseo y crecimiento abdominal. Finalmente, el retinoblastoma puede ser detectado por la presencia de estrabismo o leucocoria (un reflejo blanco en el ojo).
Más allá de los tratamientos innovadores, el apoyo emocional y el amor de la familia juegan un papel fundamental en la recuperación de los niños. “El vínculo cercano con los padres y cuidadores brinda contención emocional, lo que ayuda a los pacientes pediátricos a sobrellevar el proceso con mayor fortaleza y optimismo”, menciona el Dr. García.
La Clínica Anglo Americana aborda el tratamiento del cáncer infantil con un enfoque integral, combinando tecnología de vanguardia con un equipo médico altamente capacitado y un acompañamiento continuo a las familias, priorizando siempre el bienestar emocional de los pequeños pacientes. “En nuestra clínica cuidamos con ciencia y con el corazón, porque la detección temprana salva vidas, pero el amor y la empatía las transforman” resalta el Dr. García.
Tratamientos innovadores y mejora en las tasas de curación
Uno de los avances más importantes en el tratamiento del cáncer infantil a nivel mundial es la inmunoterapia, una estrategia innovadora que ha revolucionado el manejo de diversas patologías oncológicas. Dentro de esta categoría, el naxitamab ha demostrado ser altamente eficaz en el tratamiento del neuroblastoma. En la Clínica Anglo Americana, su uso en pacientes con esta enfermedad ha permitido mantenerlos en remisión completa, con un perfil de toxicidad significativamente menor en comparación con los agentes de quimioterapia. La combinación de estos avances con una infraestructura de primer nivel y un equipo médico altamente especializado ha logrado tasas de curación superiores al 80% en niños con cáncer, cifras comparables a las de países desarrollados.
Otra modalidad de tratamiento en desarrollo es la quimioterapia intraarterial oftálmica para pacientes con retinoblastoma, un enfoque innovador que permite que el medicamento llegue directamente al área afectada con una menor toxicidad y con resultados favorables. Este procedimiento es realizado con el apoyo de un equipo multidisciplinario de neurocirujanos y radiólogos intervencionistas, además de oftalmólogos oncólogos, asegurando un abordaje preciso y seguro para los pacientes más pequeños.
El Dr. García enfatiza que es fundamental que, ante cualquier signo o síntoma fuera de lo común en un niño, los padres acudan a un pediatra o médico general para una evaluación inicial. Aunque no necesariamente se trate de cáncer, un diagnóstico temprano es clave para asegurar un tratamiento eficaz y mejorar la calidad de vida del niño.
La lucha contra el cáncer infantil requiere conciencia, educación y acceso oportuno a tratamientos especializados y novedosos, pero también el amor incondicional de la familia, que se convierte en el motor que impulsa la recuperación y la esperanza de cada pequeño paciente.