Lima, 15 de Enero del 2025.- Con más de 1 millón de resultados en Google, miles de videos en TikTok y YouTube dedicados a recetas, recomendaciones y experiencias sobre este icónico plato, “El Mostrito” ha demostrado ser más que una tendencia culinaria. Es un fenómeno social que conecta generaciones y reafirma el lugar de la gastronomía peruana como un ejemplo de creatividad e innovación. Este popular plato ha logrado consolidarse como uno de los favoritos del país al unir dos emblemas de la cocina nacional: el arroz chaufa y el pollo a la brasa o broaster.
El Mostrito no solo ha conquistado las calles y los restaurantes del Perú, sino que se ha ganado un lugar especial en el corazón (y el estómago) de millones. Aunque su origen exacto no está completamente documentado, se cree que fue creado en las pollerías de barrio, donde la curiosidad y el ingenio de los cocineros llevaron a fusionar estos dos clásicos en un solo plato.
Lo que comenzó como una opción para quienes no no se conformaban con un solo platillo, pronto se convirtió en una propuesta que ha evolucionado hasta convertirse en una opción infaltable en los menús de restaurantes y pollerías en todo el Perú.
Este platillo , es un símbolo de lo que es ser peruano: personas que no se conforman, que están llenas de creatividad y siempre están buscando crear nuevas experiencias y oportunidades. Su éxito radica en la mezcla perfecta: la jugosidad y el sabor ahumado del pollo a la brasa, combinado con la sazón inconfundible y el toque asiático del chaufa. Es el ejemplo perfecto de cómo nuestra cocina refleja la multiculturalidad que nos define.
El “Mostrito” es para todos
Su accesibilidad y versatilidad han permitido que El Mostrito se consolide como un emblema de democracia en la cocina. Desde menús económicos, pollerías de barrio hasta restaurantes de renombre, este plato demuestra que el sabor y la tradición no conocen fronteras ni distinciones.
Actualmente, su popularidad sigue en aumento, consolidándose como una opción apreciada por quienes buscan una combinación de sabores tradicionales en un solo plato. Para muchos, disfrutar de un Mostrito no solo significa saborear una deliciosa combinación de sabores, sino también celebrar la creatividad y diversidad que caracteriza a la gastronomía peruana.
Y como en toda buena experiencia culinaria peruana, el toque final está en las salsas. Una buena porción de mayonesa, ají o crema de rocoto es el toque final que llevará al “Mostrito” a otro nivel. Porque en el Perú, ¡todo sabe mejor con un poco de creatividad (y una buena salsa)!