Lima, 13 de Enero del 2025.- Con el avance de la tecnología, sectores de la vida cotidiana empiezan a necesitar formas de poder ingresar en este ecosistema que tiene infinitas posibilidades de producción con códigos y sitios programados. En ese sentido, la llegada de los tokens en el mundo de los activos reales, abrió una puerta que marcará el camino del futuro del sector financiero.
Imagina un mundo donde cualquier persona puede invertir en una fracción de un edificio emblemático en Buenos Aires, Santiago de Chile o Ciudad de México. Donde se pueda poner dinero en bonos de carbono para proteger el medio ambiente o incluso en arte de renombre internacional. Este escenario, que antes parecía reservado para grandes fortunas, ahora es posible gracias a la tokenización de activos reales, una tecnología impulsada por blockchain que está revolucionando el acceso a la inversión y transformando mercados globales.
La tokenización permite fraccionar activos físicos, como propiedades inmobiliarias, en pequeñas participaciones digitales, conocidas como tokens. Estos tokens representan un valor proporcional del activo y pueden ser adquiridos, vendidos o intercambiados en mercados secundarios.
Es decir, en el mundo inmobiliario un edificio se divide en partes iguales, cada una representada por un token en una cadena de bloques. Al comprar un token, el inversor posee una fracción del activo físico, comparte ingresos por alquiler y puede negociar el token como una acción.
De esta manera, se está transformando el mercado al democratizar el acceso y ofrecer nuevas oportunidades de inversión. Este modelo permite a personas invertir en grandes activos con montos menores, abriendo las puertas a nuevos inversores que antes veían esta posibilidad como inalcanzable. En ese sentido, el mercado con grandes jugadores empieza a encontrar nuevas formas de financiación que sirven para seguir ampliando sus productos.
En tanto, fomenta un mercado secundario dinámico, donde las propiedades fraccionadas pueden negociarse con rapidez gracias a las transacciones digitales, generando un dinamismo inédito en sectores como el inmobiliario.
Si bien el principal desarrollo de esta tecnología se viene dando en el sector inmobiliario, está claro que su desarrollo apunta a que diferentes activos puedan ser fraccionados. Así, el modelo de financiación que se verá en los próximos años tendrá a los tokens como uno de los principales atractivos.
Empresas como Metro Futuro con DAppsFactory como partner tecnológico están liderando este cambio al implementar estándares como el ERC-3643, que combina seguridad, cumplimiento normativo y una experiencia de usuario optimizada. Según Horacio Lampe, CEO de la compañía, “la tokenización puede captar el 10% del PBI mundial para 2030, abriendo oportunidades sin precedentes en mercados emergentes”.
La tokenización no solo está transformando el mercado inmobiliario, sino también otros sectores como el de bonos de carbono, arte y valores financieros. Esto es posible gracias a la flexibilidad y escalabilidad de plataformas blockchain que permiten crear tokens adaptados a diferentes activos.
Antes de la tokenización, muchos activos eran difíciles de negociar, especialmente para pequeños inversores. Ahora, herramientas como los oráculos financieros facilitan la conversión entre monedas digitales y fiduciarias, eliminando barreras de entrada para inversores de todo el mundo. Así, alguien en Sevilla o Málaga puede invertir en proyectos en Argentina o Brasil, donde los mercados inmobiliarios están en auge.
En economías en desarrollo como las que se pueden encontrar en Latinoamérica, donde el acceso al crédito y la inversión suele estar restringido, la tokenización ha abierto un nuevo clima de negocios. Esto atrae tanto a inversores locales como internacionales, interesados en mercados con alto potencial de retorno. Además, la posibilidad de operar en monedas locales, dólares o USDT amplía aún más las oportunidades.
Este modelo no solo beneficia a los inversores, sino que también fomenta prácticas más sostenibles. Por ejemplo, al tokenizar bonos de carbono, las empresas pueden financiar iniciativas de mitigación climática, mientras los inversores contribuyen al desarrollo sostenible.
De esta manera, la tokenización de activos reales se presenta como un catalizador que redefine el acceso a la inversión, rompiendo barreras económicas y geográficas. Este avance no solo democratiza sectores tradicionales como el inmobiliario, permitiendo a pequeños inversores participar en grandes proyectos, sino que también extiende su impacto a mercados emergentes.
Al simplificar las transacciones y ampliar las oportunidades, esta tecnología está abriendo un nuevo capítulo en la economía global que apenas comenzó a escribirse y tiene varios capítulos por delante.