Día Mundial de la Diabetes: ¿Cómo tomar el control de esta enfermedad con una dieta saludable?

• Mantén una alimentación balanceada y opta por el “plato saludable”: Es fundamental balancear la cantidad de alimentos que consumimos para mantener los niveles de glucosa estables. La estrategia del “plato saludable” consiste en separar el plato en 3 partes, la mitad deben ser vegetales, un cuarto de proteínas magras como pescado o pollo, y la tercera parte de granos enteros como arroz integral, quinua, avena u otros cereales integrales. Esto garantiza que el cuerpo reciba todos los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento y sin elevar excesivamente los niveles de glucosa en la sangre.

• Evita el azúcar en tus alimentos: Reducir el consumo de azúcar de diversas fuentes es fundamental para mantener los adecuados niveles de glucosa en la sangre, especialmente para las personas diabéticas. Su consumo en exceso puede empeorar los síntomas y generar complicaciones a largo plazo. En ese sentido, optar por opciones saludables de forma moderada como el consumo de frutas o endulzantes naturales como hojas de Stevia, son mejores alternativas para contribuir a controlar la diabetes de manera eficiente.

• Reduce la sal en tus alimentos: Aunque se tenga la idea de que la sal no es dañina para las personas diabéticas, es importante saber que, el alto consumo de esta puede generar un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y problemas cardiovasculares. Además, el exceso de sal puede agravar la función renal, un riesgo adicional para las personas con diabetes. Una alternativa para reducir el consumo de sal, es reemplazando la mitad de sal por AJI-NO-MOTO®. Así se reducirá el sodio en 37% en cada preparación manteniendo el buen sabor de tus comidas.

• Mantente hidratado: Beber suficiente agua y evitar las bebidas azucaradas, es fundamental para controlar los niveles de glucosa en sangre, ya que ayuda a los riñones a eliminar el exceso de azúcar y mejora la circulación de la sangre, lo cual es importante para mantener el buen funcionamiento de los órganos, especialmente en personas con diabetes, quienes son más propensas a problemas circulatorios y renales.