En un mercado laboral cada vez más competitivo, acceder se torna una tarea compleja y exigente. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el primer trimestre de 2024, la tasa de desempleo en Perú se situó en 6.4%, alcanzando un 12.5%, en el grupo de jóvenes entre 14 y 24 años, y un 8.5% entre aquellos con educación superior universitaria. Este incremento en la población educada subraya una necesidad urgente de dotar a los futuros trabajadores de habilidades específicas que los diferencien en un entorno laboral competitivo.
“Es crucial enfrentar esta realidad dotando a los jóvenes de las competencias necesarias para prosperar y acceder eficazmente al mercado laboral”, explicó Isabel Sánchez Jugo, docente del Departamento Académico de Administración de la UP. “La educación superior no solo debe centrarse en aspectos técnicos, sino también en el desarrollo de habilidades blandas fundamentales que potencien la empleabilidad y el emprendimiento”, sostuvo.
Siendo esto así, la profesora de la UP nos brinda cuatro habilidades que todo joven debe desarrollar para ingresar con éxito al mercado laboral:
Iniciativa: Implica tener la disposición y la motivación para ser proactivo en la identificación de problemas y la búsqueda de soluciones. En un entorno laboral competitivo, los individuos con iniciativa son capaces de tomar la delantera al proponer nuevas ideas, mejorar procesos existentes y adaptarse rápidamente a los cambios.
Pensamiento crítico: En la era digital actual, donde la información está al alcance de todos, el pensamiento crítico se vuelve crucial. Esta habilidad implica más que simplemente recolectar datos; requiere analizar la información de manera objetiva, evaluar la validez de las fuentes y considerar diversas perspectivas antes de tomar decisiones informadas.
Resolución de problemas: La habilidad para identificar rápidamente problemas, desarrollar soluciones efectivas y aplicarlas con iniciativa y pensamiento crítico es esencial. La resolución de problemas no solo implica encontrar respuestas rápidas, sino también adaptarse a nuevas circunstancias y aprender de cada experiencia para mejorar continuamente.
Comunicación efectiva y asertiva: La comunicación efectiva no se limita a la transmisión de información; también implica escuchar activamente, entender las necesidades del receptor y transmitir mensajes de manera que sean claros y comprensibles. Ser asertivo en la comunicación implica expresar ideas y opiniones de manera directa y respetuosa, lo que facilita la colaboración efectiva, la resolución de conflictos y la construcción de relaciones sólidas en el trabajo.
La preparación de los jóvenes y futuros líderes de nuestro país debe ir más allá de la acumulación de conocimientos académicos. Es imperativo cultivar habilidades blandas que faciliten una ventaja competitiva significativa y no solo aumenten las posibilidades de éxito profesional, sino que también fortalezcan la capacidad de adaptación y liderazgo en un entorno laboral competitivo y en constante evolución.