Sábado, 7 de Septiembre del 2024
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¿En qué consiste el trabajo del hospice pediátrico?

Publicado el 22/07/24

Lima, 24 de julio del 2024.- Acompañar a niños en un tramo tan trascendental como el que inicia tras un diagnóstico médico terminal demanda de un equipo interdisciplinario y un abordaje humano, que entienda a esa persona y a su familia. Casa Khuyana construye el primer hospice pediátrico de Perú, y lo hace con un enfoque profesional especializado en cuidados paliativos pediátricos, para brindar amor y compasión posible en un momento tan complejo.

 

“Buscamos brindar normalidad y bienestar a la vida de niños que recibieron un diagnóstico médico terminal”, explicó Mónica Pfeiffer, fundadora y directora general de la asociación civil sin fines de lucro Casa Khuyana. Para lograrlo, avanza en el diseño de su modelo de atención que prevé los servicios de enfermería especializada las 24 horas, cuidados paliativos pediátricos, terapias y talleres para niños y sus familias, acompañamiento espiritual y apoyo en el duelo. 

 

Los servicios a brindar son gratuitos porque la organización se ocupa de financiarlos totalmente a través de las donaciones que recibe de la comunidad. Su enfoque entiende que un niño que se encuentra en un trayecto tan trascendental de su vida necesita hacerlo en un entorno cálido y cómodo, en lo posible lejos de instalaciones médicas frías, y rodeado de bienestar y comprensión. 

 

Por eso, el hospice pediátrico -que es el tercero en Latinoamérica además del primero en Perú-  está ubicado en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco, y proporciona un entorno energético y acogedor de 3300 metros cuadrados. Sus salas contemplan espacios de encuentro, juego y oración familiar, una biblioteca y habitaciones adaptadas para que brindar las prestaciones médicas necesarias no convierta el lugar en espacios vinculados con el concepto de enfermedad. Casa Khuyana celebra la vida y se ocupa de que sea digna en todas sus etapas.

 

Cuidar en todas las direcciones

 

En Casa Khuyana, desde su fundadora hasta su equipo se especializa, desde diferentes áreas profesionales, en cuidados paliativos pediátricos. Esa cualidad se traduce en una perspectiva de trabajo: “Conformamos un plantel que pueda brindar un servicio integral e interdisciplinario que funciona de forma coordinada al servicio del bienestar del niño y su familia. Cada acción que involucra este tipo de atención es guiada por nuestros principios fundamentales, como el amor, la empatía y la comprensión”, desarrolló Pfeiffer.

 

Esa mirada también abarca a los familiares del niño ya que consideran fundamental cuidar a quienes cuidan a ese ser tan especial en sus vidas. Tienen en cuenta que esas personas pueden desarrollar lo que se conoce como “Síndrome del cuidador”, un estado de agotamiento físico, emocional y mental que afecta a quienes llevan adelante la tarea de velar por la salud de alguien cercano.

 

“Cuidar de uno mismo es fundamental para ayudar a los demás. Eso se ve también en las familias que atraviesan este momento tan especial, por lo que nuestra labor no pierde de vista que la contención debe ser constante para todo el grupo familiar”, recalcó la directora general de Casa Khuyana.

 

Para que los niños con diagnóstico médico terminal y sus seres queridos reciban atención, es necesario que cada vez más personas colaboren con el hospice pediátrico. Porque cuando no es posible sumar días a la vida de un niño, juntos siempre podemos sumarle vida a sus días. 

 



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