Lima, 31 de Julio del 2024.- El vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), Juan Carlos Ortiz, señaló que las empresas mineras cuyos proyectos el Ejecutivo busca destrabar por 2,025 millones de dólares, ya deben estar en la búsqueda de financiamiento para iniciar sus construcciones el 2025.
La presidenta de la República, Dina Boluarte, anunció en su mensaje presidencial por Fiestas Patrias que, tras la luz verde a Tía María, ahora su Gobierno se enfocará en destrabar cinco proyectos mineros valorizados en 2,025 millones de dólares.
El vicepresidente del IIMP, espera que para la segunda mitad del 2024, el Ejecutivo culmine el proceso de evaluación y otorgamiento de los permisos de construcción de los proyectos mencionados en el discurso de la presidenta Boluarte.
“Las empresas deben estar en paralelo evaluando mecanismos de financiamiento de modo que para finales de año puedan someter a aprobación de sus respectivos directorios la decisión de iniciar construcción a partir del año 2025”, indicó Juan Carlos Ortiz.
“Lo cual sería sumamente positivo para la economía del país y retomar la senda del crecimiento que queremos todos los peruanos”, agregó.
Los proyectos referidos por la presidenta de la República, Dina Boluarte, son Ampliación Quellaveco (Moquegua), Corani (Puno), Reposición Raura (Huánuco), Chalcobamba Fase I (Apurímac), y Romina (Lima).
Por ejemplo, Corani, operado por Bear Creek Mining es un proyecto de plata, que está valorizado en 579 millones de dólares; mientras que Reposición Raura es una iniciativa de zinc cuyo valor alcanza los 76 millones de dólares, y está operado por Compañía Minera Raura.
En tanto, Chalcobamba Fase I, de Minera Las Bambas, espera producir cobre y su valor es de 130 millones de dólares. Por su parte, el proyecto Romina, de zinc, está operado por Compañía Minera Chungar e implica una inversión de 150 millones de dólares.
Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, señaló que se sumó un proyecto cuprífero más que podría ver la luz este año, pero que aún está a nivel conceptual. Se trata de Michiquillay (Cajamarca), que pertenece a Southern Perú Copper Corporation, sucursal del Perú y que de destrabarse, su inversión será de 2,500 millones de dólares.