Lima, 04 de Mayo del 2024.-En Perú, más de 46,000 estudiantes abandonaron el sistema educativo entre 2022 y 2023, una situación alarmante que pone en riesgo el futuro de muchos jóvenes y el desarrollo nacional. Este dato, revelado por la Defensoría del Pueblo, incluye 38,759 alumnos peruanos y 7,322 extranjeros (La República). Las causas identificadas incluyen la baja participación de los padres, la violencia familiar y el bullying.
Lilia Calmet, Directora de Formación Inicial en Innova Teaching School, enfatiza la importancia de una acción conjunta entre padres, escuelas y políticas públicas. “Es crucial implementar programas de apoyo emocional y psicológico en las escuelas, así como mejorar la comunicación entre padres y centros educativos para asegurar un entorno seguro y estimulante para nuestros estudiantes,” afirma Calmet.
La deserción no solo priva a los niños de educación, sino también de la oportunidad de desarrollar un proyecto de vida pleno. Además, problemas como la anemia y la desnutrición infantil, que afectan al 66,3% y al 43,3% de los estudiantes respectivamente, son factores contribuyentes significativos que requieren atención urgente.
Para Calmet, es vital que “cada escuela cuente con nutricionistas y programas de alimentación saludable para combatir la anemia y la desnutrición, dos grandes enemigos del rendimiento escolar”. Además, subraya la importancia de programas educativos que incluyan formación sobre la prevención de la violencia sexual y el embarazo adolescente, dado que 1,175 niñas resultaron embarazadas durante el periodo reportado.
En conclusión, la deserción escolar no es solo un problema educativo, sino una crisis multifacética que requiere una estrategia integral y cooperativa para garantizar que cada niño tenga la oportunidad de educarse y prosperar en un entorno seguro y saludable. La acción es urgente y necesaria para evitar que esta situación se agrave.