Lima, 3 de Abril del 2024.- Perú se enfrenta a una crisis hídrica sin precedentes. El incremento de la población, la temperatura cada vez más extrema y el impacto del cambio climático, presentan un gran reto para la comunidad científica de nuestro país para la gestión de los recursos hídricos, así como afrontar la escasez de agua y prevenir los riesgos de desastres.
Para abordar esta preocupante realidad, se llevó a cabo el evento “Evidencia científica en Apoyo a la Toma de Decisiones para la gestión de Recursos Hídricos en los Andes”, organizado por la Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA) con el apoyo del proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica (NIWS por sus siglas en inglés) de USAID y el gobierno de Canadá, que reunió a 30 destacados investigadores dedicados al estudio de la hidrología de ecosistemas andinos para mejorar la toma de decisiones en la gestión del agua.
Durante la jornada, que se realizó en el marco de la Semana del Agua, Waldo Lavado, doctor en hidrología e investigador del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI), destacó la importancia de la investigación científica aplicada que realizan sobre los servicios ecosistémicos hídricos, especialmente en las regiones altoandinas que son las más vulnerables al cambio climático.
“Los dos servicios de ecosistemas hídricos en los cuales nos centramos desde el SENAMHI son: el control de sedimentos, que es la capacidad del ecosistema de amortiguar el golpe de agua de lluvia y evitar la erosión del suelo, brindando agua sin turbiedad; y la regulación hídrica, a fin de entender qué pasa con el agua a lo largo de las cuencas, sobre todo en el agua potable, para uso de la población”, explicó.
Para entender mejor los servicios ecosistémicos hídricos y su impacto en la gestión del agua, Lavado y su equipo llevaron a cabo un estudio utilizando el modelo hidrológico SWAT. Informó que realizaron investigaciones en dos microcuencas andinas. La primera en la cuenca de Piuray – Ccorimarca, en la región Cusco, que tiene una laguna y una extensión de 43 km cuadrados. Esta microcuenca es de gran importancia, ya que abastece de agua a 172 mil habitantes, que representan el 40% de toda la población de Cusco.
La segunda fue en la cuenca de Rontococha, en la ciudad de Abancay, región Apurímac, de 13.5 km cuadrados. En Rontococha, la cuenca proporciona agua a 95 mil habitantes.
Los resultados de sus investigaciones indican que los escenarios de cambio climático tendrán un impacto mayor que los cambios en el uso del suelo. “Los escenarios de cambio climático indican que para la zona sur habrá más precipitación de aquí al año 2050. Te dicen que entre enero y junio habrá mayores precipitaciones y por ende incremento de caudales”, dijo Lavado.
Estos hallazgos subrayan la importancia de los servicios ecosistémicos hídricos en la gestión del agua y ofrecen una visión de cómo la investigación y la colaboración conducen a mejores prácticas de gestión del agua en Perú.
Desglaciación amenaza suministro de agua.
En su intervención, Beatriz Fuentealba, presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM), advirtió que la desglaciación en la región andina amenaza el suministro de agua para el 70% de la población. “Toda el agua que se capta para la costa, donde vive el 70% de nuestra población, se capta en alta montaña”, afirmó. Por lo tanto, la desglaciación en las altas montañas afecta a todo el país.
Además, alertó sobre la pérdida en la calidad del agua. “Hay zonas donde desaparece el glaciar y queda la roca expuesta, pero son rocas mineralizadas. En la época de lluvia, por el contacto del agua con la roca se empiezan a liberar metales pesados que son tóxicos para la salud humana y de los animales, y para su uso en el riego. El agua se contamina y afecta sobre todo a poblaciones locales a lo largo de las cuencas”, sostuvo.
Los proyectos de infraestructura natural
A su turno, la directora adjunta de Gobernanza de Infraestructura Natural – NIWS, Cesarina Quintana, destacó la importancia de la infraestructura natural para la gestión de recursos hídricos en nuestro país.
“Es fundamental para mantener los ecosistemas, promover la conservación, la preservación, la protección, sobre todo para ayudar a la práctica con soluciones basadas en la naturaleza. Realmente, nos va a ayudar a enfrentar, o por lo menos, a manejar mejor los desastres y lo que venga del cambio climático”, sostuvo.
En ese sentido, informó que la inversión en infraestructura natural estimada desde los diferentes actores clave como EPS y gobiernos regionales para este año 2024, se estima en más de US$ 300 millones. Explicó que esta inversión está distribuida en seis cuencas de 8 regiones del país, entre ellas Piura, Ayacucho, Arequipa, Cusco y Lima.
IMHEA impulsó la Ley MERESE
Al cierre del evento, Luis Acosta, coordinador regional de IMHEA, destacó la importancia de la Ley MERESE en la conservación del agua en Perú. Explicó cómo la iniciativa de monitoreo hidrológico jugó un papel crucial en la toma de decisiones de la gestión del agua.
Informó que IMHEA ayudó a los congresistas a comprender la importancia de los servicios ecosistémicos. “Llevamos a los congresistas a Moyobamba a una cuenca para que entiendan la importancia de la conservación y cómo se generan los servicios de ecosistemas hídricos en las cuencas. Una semana después, la Ley MERESE estaba aprobada”, contó. Lo que ayudó a los congresistas a entender la propuesta fue la comparación de dos imágenes en donde se mostró una cuenca degradada y la otra conservada.
Con su enfoque en la generación de información y conocimiento, la Iniciativa IMHEA ha demostrado ser un recurso valioso en la toma de decisiones relacionadas con la conservación del agua.