Lima, 8 de Febrero del 2024.- La firma multinacional JLL, experta en servicios inmobiliarios corporativos realizó el primer estudio sobre esquemas de trabajo en Latinoamérica con base en información de cerca de 300 empresas en 13 países de Latinoamérica. A la fecha, no existía información con alcance regional que permitiera a las empresas poner en contexto sus iniciativas y que sirviera de insumo para que propietarios e inversionistas anticipen tendencias y tomen decisiones estratégicas. El reporte cuantifica la transición de la presencialidad al trabajo híbrido, evidencia que la mayoría de las empresas enfrentan desafíos a la hora de aplicar sus políticas, y sugiere que la búsqueda del esquema óptimo continúa para la mitad de las empresas.
Para María del Carmen Tabini, Business Development de JLL, “las medidas de aislamiento para contener la pandemia por COVID-19 forzaron la adopción generalizada del trabajo remoto en la mayoría de los países del mundo, esquema que luego de cuatro años ha retornado a su nivel inicial en Latinoamérica”. Antes de la pandemia, dos de cada tres trabajadores asistían a la oficina cinco días a la semana, mientras que el trabajo remoto era usado por solo el 8% de las empresas. “En la actualidad, solo una de cada cinco empresas en Latinoamérica requiere la asistencia a la oficina todos los días de la semana, equivalente a un tercio del nivel prepandemia. En contraste, el trabajo híbrido se triplicó.” menciona Tabini.
Latinoamérica es la región del mundo con la mayor adopción de trabajo híbrido y menor uso del trabajo 100% remoto. El esquema híbrido más popular, usado por 29% de las empresas, se compone de dos días presenciales y tres remotos. Este modelo es particularmente popular entre multinacionales y compañías de los sectores financiero y seguros y de tecnología y telecomunicaciones. El segundo esquema híbrido más usado consiste en dos días remotos y tres presenciales, con 18% de adopción. Aunque los esquemas híbridos más populares sugieren una menor ocupación promedio del espacio de oficinas, implican un reto en cuanto a la gestión de los días de mayor asistencia, teniendo en cuenta que típicamente martes, miércoles y jueves son los días preferidos por la mayoría de los empleados a nivel global.
María del Carmen menciona, “El futuro del trabajo aún está por definirse, pues la mitad de las empresas encuestadas señalaron que su esquema actual podría cambiar. Esto se explica en parte por que el 70% de las empresas enfrentan desafíos ligados con sus políticas de trabajo.” El desafío más frecuente es la baja asistencia a la oficina, que afecta a una de cada cuatro empresas de la región. “Esto puede atribuirse a la falta de políticas internas para medir e incentivar la asistencia a la oficina, en particular en los esquemas híbridos. La identificación de los nuevos empleados con la cultura de la empresa y la retención de talento completan la lista de los tres principales desafíos.” Menciona Tabini.
El alto grado de incertidumbre sobre los esquemas de trabajo resalta la dificultad para estimar la demanda futura por oficinas. Hasta el momento, ha primado la cautela entre los desarrolladores e inversionistas en los principales mercados de oficinas de la región, como se aprecia en la caída en el ritmo de producción de nuevo inventario, la disminución del volumen transaccional y el incremento en las tasas de capitalización para este tipo de activo. Un incremento en la asistencia a la oficina, y por ende mayor ocupación promedio, podría impulsar la demanda por espacios, especialmente en los edificios más atractivos de cada mercado: ante un nuevo paradigma en que los incentivos para la asistencia a la oficina son pieza clave de las políticas, la calidad y ubicación de los espacios cobra mayor relevancia.
Si bien, los resultados de la encuesta son claros sobre la transición de la presencialidad al trabajo híbrido, lo que aún no es claro para muchas empresas es cómo poder aplicar de forma correcta estos modelos con los que pueden salir beneficiados, Desde JLL nos inclinamos a promover el conocimiento y entendimiento de las políticas de trabajo de cada empresa, lo que las ayudará a garantizar y respaldar un crecimiento estratégico según sus principales objetivos de negocio.