La “Pietà Vaticana” y la Sábana Santa como el centro de la obra maestra
Las “Pietàs” de la Sábana Santa
Lima, 25 de Enero del 2024.- El experto diseñador Átila Soares da Costa Filho publicó esta semana un estudio sobre las implicaciones de la Sábana Santa de Turín en la obra de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), uno de los mayores genios del Renacimiento y de la humanidad. En el artículo publicado, Átila confirma una serie de vínculos entre, según él, “el mayor artista sagrado de la historia y la mayor de las reliquias sagradas”, cuya asociación ha sido durante siglos “injustificable y extrañamente despreciada en los círculos académicos, tanto en los estudios teológicos como en la Historia del Arte”. Para más información, acceda al texto completo:
En una de estas pistas, el académico, natural de Río de Janeiro, revela una sorprendente similitud entre el rostro de Cristo retratado en dos versiones de la “Piedad” y el impreso en la Sábana Santa. Según Átila, “una inmensa compatibilidad entre los rostros de Cristo en las ‘Pietàs’ Bandini y Rondanini habla por sí sola: he localizado varias analogías y evidencias entre la obra de Miguel Ángel (con discípulos) y las características aparentes y simbólicas de la Sábana Santa”. Lo sorprendente, de hecho, sería que el mundo de Miguel Ángel nunca se hubiera cruzado con la existencia del mayor artefacto sagrado de la historia cristiana”, concluye el autor del descubrimiento.
No puede pasar desapercibido que la inclusión de la Sábana Santa – de forma más o menos explícita – acabó siendo una constante en la obra de Miguel Ángel, dado el nivel de atención que el artista prestaba al tema de Cristo muerto. Así, en la icónica “Piedad Vaticana” (1499), el sudario está presente justo en el centro de la composición, entre los muslos de María y su hijo muerto en el regazo. Además, Miguel Ángel realizó un total de cuatro versiones sobre el tema, y en cada una de ellas se puede encontrar alguna característica que evoca directamente el Santo Sudario – a excepción de la versión de Palestrina, que no es muy evidente. Así, aparte de la hoja de la “Pietà Vaticana”, dos de las otras tres variantes muestran el rostro de Cristo muy parecido al de la reliquia. Es importante aclarar que los modelos de madre e hijo que aparecen en la versión “Vaticana” serían Juan Borgia (recientemente asesinado a la edad de 23 años en circunstancias que nunca se han aclarado) y su madre, Vannozza Cattanei, amante del Papa Alejandro VI.
De 1547, la “Piedad Bandini” había sido encargada por Francesco Bandini y presenta el autorretrato de Miguel Ángel como Nicodemo, sosteniendo el cuerpo sin vida del Mesías. El escultor y arquitecto Tiberio Calcagni (1532-1565) había recibido el encargo de restaurar las (habituales) marcas de furia que Miguel Ángel había vertido sobre el mármol de la imponente obra. Transmite una atmósfera más espiritual y dramática, dada la avanzada edad de su autor, y hoy se encuentra en el Museo dell’Opera di Santa Maria del Fiore, también en Florencia. La “Piedad Palestrina” fue realizada por el artista en mármol y perteneció a la familia Barberini, datando probablemente de 1556. Representa el momento exacto entre el desprendimiento del cuerpo de Cristo de la cruz y su recepción por su madre y sus seguidores, algo revolucionario en el arte de la escultura hasta entonces. Como ya se ha dicho, ésta es la única versión que carece de mayor conexión con la Santa Faz. Se encontraba junto a la iglesia de Santa Rosalía de Palestrina y actualmente forma parte de las colecciones de la Galleria dell’Accademia de Florencia.
Por último, también en mármol, la “Piedad Rondanini” comenzó a esculpirse en 1552 y quedó inacabada hasta la muerte de Miguel Ángel en 1564. Curiosamente, además de acercarse más al estilo gótico – por la elección de representar el dolor en lugar de la belleza -, en esta versión el Hijo sostiene a su madre, vista de espaldas. Sin embargo, Miguel Ángel también prefiere proyectar el cuerpo de Cristo desde el propio cuerpo de su madre, como si ella intentara desesperadamente reanimarlo. Así, una vez más, la simbiosis perfecta entre las dos personas… la misma carne. Aunque a medio terminar, la compatibilidad del rostro de Jesús en la escultura con el del sudario es evidente. Esta obra cumbre y un tanto aterradora de Miguel Ángel se encuentra en el Castello Sforzesco de Milán.
La Sábana Santa de Turín también se presenta a menudo en el tema de la “Deposición de Cristo”, realizada a partir del proyecto preparado por Miguel Ángel y realizado por algunos de sus seguidores, como Jacopino del Conte y Marcello Venusti.
El profesor Átila Soares da Costa Filho es licenciado en Diseño Industrial y posee títulos de posgrado en Filosofía, Sociología, Historia del Arte, Arqueología, Patrimonio, Historia y Antropología. Actualmente es miembro del Comité Científico de la Fondazione Leonardo da Vinci (Milán), de la Mona Lisa Foundation (Zúrich) y del proyecto “L’invisibile nell’Arte” del Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos, Culturales y Medioambientales (Roma).
Foto: Wikimedia Commons.