Lima, 22 de Enero del 2024.- Perú cerrará el 2023 con una producción anual de 2,7 millones de toneladas métricas (TM) de Cobre, su pico histórico para un metal que terminó el año por encima de US$ 3,84 la libra, pero que no le alcanzará para mantener su lugar como segundo proveedor mundial ni replicar sus niveles previos de recaudación.
Datos oficiales del Ministerio de Energía y Minas (Minem) confirman que la producción acumulada del metal rojo entre enero y noviembre del 2023 llegó a 2 millones 499.635 TM, luego de anotar un progreso interanual de 10,9% hasta las 253.582 TM solo en el undécimo mes del año. Es 14% más que los 2 millones 193.352 TM acumulados en los primeros 11 meses del 2022, y nada hace presagiar que en diciembre la historia sea distinta.
Representantes de Antamina, Las Bambas, Antapaccay y Quellaveco, algunas de las operaciones más importantes del medio, confirmaron a La República que su producción en el último mes del año mantuvo los picos de rendimiento previo —en gran medida por la baja conflictividad social—, por lo que volverían a anotarse un promedio de entre 250.000 y 300.000 TM, cumpliéndose así los pronósticos iniciales del sector. También el puerto de Matarani, paso obligado al exterior de Cerro Verde, Las Bambas, Antapaccay y Hudbay, volvió a registrar en diciembre su promedio de 400.000 TM de concentrados de cobre despachados, confirmó el gerente general de Tisur, Mauricio Núñez del Prado.
“Y tampoco se suscitó una caída importante del consumo eléctrico en el mes de diciembre”, destacó por su parte César Butrón, presidente del COES. En el Perú, este indicador está fuertemente atado a la producción minera, que se encamina indudablemente a un nuevo récord en 2023.
Recaudación en crisis
Sin embargo, este feliz registro no ha tenido el impacto esperado sobre la recaudación. Datos oficiales de Sunat muestran una caída de -40% de las contribuciones de la minería respecto al año anterior, “por una menor regularización y menores pagos a cuenta por uso de menores coeficientes y uso de saldos a favor generados por el ejercicio 2022 en este sector”, indicó el ente recaudador.
Se trata de la peor caída interanual de la recaudación minera desde el -48% de 2009, año de la gran recesión internacional (en 2015 la caída también rondó el -40%). Pero ahora es el Perú el que está en recesión, y este nuevo retroceso explica, en parte, la caída de -12% de la recaudación total en 2023.
Jorge Manco, catedrático de la UNMSM, explica que la devolución de impuestos es parte de los beneficios tributarios que tiene el sector minero desde 1992 con el principio de “no exportar impuestos”. En este caso, las mineras pueden solicitar el 18% del IGV de los bienes y servicios necesarios para la exportación. Por tal razón, el grueso de devoluciones está constituido por las de IGV pagado al mercado local.
“También forman parte las regularizaciones si se ha pagado un menor o mayor impuesto a la renta, además de considerar el beneficio de arrastre de pérdidas que le permite a la empresa deducir aceleradamente las inversiones a niveles del 20% anual”, aclara Manco.
A detalle, la minería contribuyó con S/. 12.650 millones al erario nacional en 2023, frente a los S/. 19.766 millones del 2022. Por otro lado, la devolución de los tributos para las empresas del sector tocó su nivel más alto desde 2017 y alcanzó los S/. 5.967 millones, 19,5% más que lo devuelto en 2022.
Con esto, además, perdió su primer lugar como sector económico que más impuestos genera para el país y quedó detrás de comercio al por mayor, intermediación financiera y el grueso de la industria no primaria, que incluye a los subsectores alimentos y bebidas y textiles, entre otros.
Víctor Gobitz, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), asocia esta caída al declive en general de los precios de los metales en 2023: se vendió más cobre en volumen, pero su valor recortó -12%. En cambio, el pico de devoluciones obedecería al factor Quellaveco, que terminó de construirse a inicios de ese ejercicio.
Aunque la recaudación del sector está sujeta a los vaivenes de los precios de los commodities en el mercado global, el también presidente de Antamina reconoce que la mejor forma de contrarrestar estos escenarios es mediante la promoción de la minería formal, que debería desarrollar nuevos “clúster en el norte y sur”, además de captar las inversiones que salen de Chile por su nuevo royalty.
Congo sobrepasa al Perú
Tampoco hay buenas noticias a nivel internacional, pues Congo superará irreparablemente al Perú como segundo proveedor de cobre desde 2024. Datos oficiales del banco central de ese país muestran que su producción acumulada hasta octubre era de 2 millones 369.873 TM, con un rendimiento mensual ascendente que supera, al igual que en el Perú, las 250.000 TM.
Cochilco de Chile, país que espera niveles anuales de 5,63 millones TM, ya adelantó esta semana que la previsión para Congo en 2023 es de 2,96 millones TM, por encima de los pronósticos peruanos.
De cualquier forma, el decano del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú, Roque Benavides, asegura que el Perú sigue siendo una mejor plaza que el Congo para los proyectos de cobre mundial, una industria —a diferencia del oro— 100% formal y que garantiza descentralización y puestos de trabajo.
El también presidente de minas Buenaventura reconoce, en tal sentido, que 2024 supondrá un año de quiebre para las políticas extractivas del país.
“Hay diferencias en la estructura de costos. En promedio, tenemos entre 100 y 120 km de distancia entre centros de producción y puertos; en Congo llega a 2.000 km. Aquí, lo que tenemos que hablar es de competitividad”, zanja Benavides.
Radiografía: Perú pierde su lugar en el tablero global de cobre
La cartera de inversión minera en el Perú asciende a 46 proyectos por más de US$53.130 millones. De ese total, 25 son esencialmente de cobre. Solo en Cajamarca existen seis grandes proyectos por US$18.427 millones.
En noviembre, Cerro Verde se posicionó como la principal productora del metal rojo con el 17,3% de participación, seguido de Antamina y Southern Perú, en segundo y tercer lugar, con el 15,8% y 13,6%, respectivamente.
Recientemente, el ministro Óscar Vera anunció que MMG, operadora de Las Bambas, está interesada en sacar adelante el proyecto cajamarquino El Galeno, hoy en manos de Lumina Copper. Sin embargo, tanto MMG como Lumina tienen como matriz a China Minmetals.
El FMI proyecta que la demanda de litio y cobre se multiplicará por 6 y 1,5, respectivamente, al 2030. Esta última predicción goza del respaldo de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Un paquete de baterías para un auto eléctrico necesita alrededor de 8 kg de litio, 35 kg de níquel y 14 kg de cobalto. Las estaciones de carga requieren cantidades sustanciales de cobre.
China es el principal comprador de cobre no solo del Perú, sino del mundo. Entre enero y octubre del 2023, el 36% de los envíos mineros del Perú fueron de cobre; de ese total, el 72% fue a parar al gigante asiático. Muy lejos quedaron el Japón (5,6%) y Corea del Sur (4,2%).
La principal mina que empuja desde 2021 la producción de cobre en el Congo es Kamoa-Kakula, operada por Ivanhoe Mines. El yacimiento subterráneo produjo 393.551 TM el año pasado.
En el Perú no existen grandes proyectos mineros en el horizonte. El BCRP proyecta una caída de la inversión en este sector en el orden del -14,1% en 2024. Los únicos nuevos proyectos este año son Yumpag (US$81 mllns), Corani (US$603 mllns) y Romina (US$150 mllns).