Domingo, 22 de Diciembre del 2024
Israel, 18 de Enero del 2024.- En medio del ataque de Hamás a Israel, que conmocionó al mundo el pasado 7 de Octubre, la tragedia de la Familia Bibas ha alcanzado dimensiones desgarradoras. A 100 días del ataque, que dejó un saldo de 1,200 israelíes muertos, la atención se centra en Kfir Bibas, un bebé, nieto de abuela peruana, que celebra su primer año de vida el 18 de Enero en cautiverio.
El pequeño Kfir, junto a su hermano Ariel y sus padres Shiri Silberman y Yarden Bibas, fueron secuestrados y sus abuelos asesinados, por el grupo terrorista Hamás, sumándose a las 130 personas que aún permanecen como rehenes en Gaza al día de hoy. Ellos vivían en el kibutz Nir Oz, al sur de Israel, una de las comunidades más afectadas, donde 400 habitantes murieron a manos de Hamás. Este acto cruel y despiadado ha dejado una marca indeleble en la familia Bibas y en la sociedad, evidenciando la brutalidad que puede alcanzar un conflicto de esta magnitud.
El hecho de que Kfir haya pasado el 25% de su vida y que cumpla apenas 1 año mientras está secuestrado, siendo la persona de menor edad capturada por terroristas, es un recordatorio de las consecuencias devastadoras de la guerra sobre los más indefensos. Ofri Bibas, hermana de Yarden, pidió que se hiciera todo lo posible para obtener la liberación de la familia y cuestionó si es aceptable, según el Islam, que se secuestren niños.
Las ONG y la comunidad internacional deben pronunciarse ante este hecho atroz y pedir la liberación de los secuestrados, especialmente de los niños, destacando la importancia de proteger la infancia en medio de situaciones de conflicto.
“Condenamos enérgicamente la violencia y el acto inhumano de secuestrar personas y, en especial, a un bebé inocente. El secuestro de Kfir es un acto de barbarie que va en contra de los valores fundamentales de humanidad y compasión. Ningún conflicto justifica poner en riesgo la vida de un niño indefenso. Asimismo, urgimos a la comunidad internacional a unirse en la exigencia de la liberación inmediata de Kfir y de todos los cautivos, así como a redoblar los esfuerzos para encontrar soluciones pacíficas que pongan fin a este ciclo de violencia sin sentido”, sostuvo Bernardo Furman, presidente del comité de Hasbará de la comunidad judía.
La historia de Kfir Bibas se convierte así en un símbolo doloroso de la vulnerabilidad de los más pequeños en medio de circunstancias violentas y nos recuerda la necesidad de un esfuerzo conjunto para poner fin a la violencia y construir un futuro más seguro para las generaciones venideras. El embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, había expresado que Kfir es la razón por la cual Israel lucha día y noche.
