Lima, 16 de Enero del 2024.-Según el Banco Mundial, en Perú, la tercera parte de la población es pobre monetariamente y, además, se estima que 7 de cada 10 peruanos se encuentran en la clase vulnerable, es decir, que podrían caer o regresar a la pobreza. El consenso de los especialistas es que la falta de oportunidades es el factor que empuja a las personas a dicha condición económica de precariedad.
Un análisis más profundo sobre la desigualdad y como realmente afecta a la población lo ofrece la Encuesta Nacional de Percepción de Desigualdades (ENADES 2022), elaborado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y Oxfam, en la que apenas un 15% de los encuestados señala que cuenta con ingresos económicos suficientes y que pueden ahorrar. Mientras que un 32% afirma que sus ingresos no les alcanzan y tienen dificultades.
La brecha se acrecienta en el interior del país. Según la ENADES, el 43% de los hogares ubicados en el Perú rural no les alcanza sus ingresos. La percepción de desigualdad es mayor en lo referido al acceso a servicios básicos. El 70% de los encuestados señala una gran desigualdad en el acceso a la salud, la educación (59%) y el trabajo (59%).
“Es fundamental comprender que la pobreza no es una elección, sino un resultado complejo de factores sistémicos y desigualdades arraigadas en nuestra sociedad. Culpar a las personas empobrecidas por su situación solo perpetúa estereotipos dañinos y obstruye el camino hacia soluciones efectivas”, comentó Milagros Torres, subdirectora de la facultad de Negocios de Zegel.
La desigualdad económica también arroja otra cifra alarmante: el 10% de la población acapara casi el 77% de los ingresos nacionales, mientras que el estrato más pobre apenas posee el 0.3%, según el World Inequality Database.
“Nuestra responsabilidad como sociedad es abordar las raíces profundas de la pobreza y la desigualdad, trabajando juntos para construir un entorno que brinde oportunidades equitativas para todos”, señaló Torres.
Ante este escenario complejo, marcado por pobreza y recesión económica la especialista recomendó acciones de políticas con el fin de reducir la fragilidad social y avanzar hacia un crecimiento más equitativo y sustentable:
Igualdad de oportunidades: Es fundamental disminuir la exclusión educativa, combatir la deserción escolar y fortalecer la distribución de políticas flexibles, garantizando la autonomía de los actores involucrados en el sistema educativo.
Inversión en infraestructura educativa: Según el Minedu, del total de centros educativos en el país, solo el 45% cuenta con agua potable, apenas 41% con electricidad y un 79% con electricidad. Por eso, es importante una importante inversión en infraestructura escolar y de tecnología.
Acceso a servicios públicos de calidad: A pesar de mejoras en las últimas dos décadas, casi el 60% de los hogares peruanos carecen de servicios esenciales según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Mejorar el acceso a agua potable, saneamiento, electricidad e internet es crucial para cerrar las brechas sociales.
Mejorar la recaudación tributaria: Combatir la evasión y la elusión tributaria, que asciende a aproximadamente S/33,000 millones anuales según la Sunat, se vuelve crucial para financiar programas sociales y revertir la recesión económica.
Mejorar la calidad del gasto público: En el Perú todavía no se utiliza a profundidad son las revisiones de gastos. De acuerdo con la Comisión Europea y el Banco Mundial, las revisiones de gasto pueden orientarse a la re-priorización del gasto para promover eficacia, eficiencia, y, sobre todo, equidad.
Cerrar brechas de género: Las persistentes disparidades de género en el mercado laboral deben abordarse. Promover la participación de las mujeres, mejorar la calidad de sus empleos y cerrar la brecha salarial contribuirá al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza.