La Navidad está a la vuelta de la esquina. Año a año, esta celebración une a miles de millones de personas alrededor del mundo, siendo muy probablemente la fiesta internacional más importante del planeta.
Sin embargo, como con el resto de las tradicionales, no solemos detenernos mucho en pensar la razón de sus específicos, y por el contrario nos concentramos en celebrarla.
A pesar de esto, los lectores más atentos habrán notado que muchos de los elementos tradicionalmente navideños no tienen origen en el relato bíblico en el que se sostiene la fiesta. Desde los regalos hasta cosas tan básicas como los árboles de Navidad, estas tienen poco que ver con el nacimiento de Jesús.
Es por eso que hoy les traemos un repaso histórico sobre el origen de muchos de estos elementos. Estamos seguros que les dará un excelente tema de conversación en la mesa navideña.
A pesar de ser una festividad religiosa cristiana, la historia de la Navidad como celebración está atravesada por una gran variedad de elementos ajenos a esta religión, como las decoraciones navideñas.
De hecho, una buena parte de los elementos que hoy consideramos tradicionalmente navideños no están presentes en ningún tipo de celebración tradicional.
Esto tiene bastante sentido. La Navidad es una fiesta que tiene más de 2000 años, además de ser la celebración principal de la religión más numerosa del mundo. Por lo que podríamos decir que el mundo literalmente se llena de adornos de Navidad.
Al estar tan extendida entre las diferentes culturas y tener una historia milenaria hay mucho lugar para que se introduzcan cambios.
En los textos bíblicos no hay una fecha exacta para el nacimiento de Jesús. Por extensión, la Navidad no tuvo una fecha precisa y tuvo que ser establecida. Esto sucedió recién en el siglo IV, cuando se puso la fecha que seguiría estando vigente durante los siguientes 17 siglos: el 25 de diciembre.
El establecer esta fecha, a pesar de que también tuvo algún tipo de basamento en los textos bíblicos, está ligada a otra celebración importante en el Imperio Romano, la civilización por la cual el cristianismo logró expandirse hasta lo que es hoy.
Algunos académicos sostienen que la Iglesia eligió el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús justamente intentando que se superponga con este solsticio. El solsticio en aquella época era una fiesta pagana muy popular en la que se honraba al dios del Sol y se colocaban el equivalente romano de decoraciones navideñas.
Más allá de esto, durante esta parte del año también solía tener lugar una de las más importantes fiestas romanas, la Saturnalia. Este era un festejo masivo caracterizado por celebraciones carnavalescas.
Como veremos a continuación, es posible que algunas de las partes de estos festejos hayan sido incorporados a la decoración de árboles de Navidad modernos y festejos en general.
Como acabamos de decir, el festejo navideño en el periodo de la República romana, momento crítico para la expansión del cristianismo, coincidía (lo fue hecho coincidir) con la Saturnalia.
El solapamiento entre ambos festejos en la incorporación de la religión cristiana en el imperio podría explicar algunas de las prácticas que continuamos hoy en día, como el árbol de Navidad decorado.
Entre ellas, podemos mencionar el intercambio de regalos y los banquetes. Estos últimos podrían haberse traducido en la cena de Navidad.
Más allá de esto, desde esta época y en especial durante una buena parte de la Edad Media, la Navidad vino acompañada de un clima de festejos generalizados muy parecidos al carnaval actual, pero con más adornos navideños.
Sin embargo, hacia el siglo XIX, los festejos navideños irían disminuyendo en una buena parte del mundo, pasando a ser una celebración mucho más sobria.
Siguiendo lo que venimos explorando a lo largo del artículo, el árbol de Navidad es una tradición que no está presente en los relatos bíblicos. Muy por el contrario, este fue incorporado y popularizado alrededor del siglo 16, principalmente en Europa.
Esto tiene todo el sentido del mundo, si tenemos en cuenta que no existían los pinos en el medio oriente. De todas formas, hoy en día hay modelos de árboles de Navidad con todo tipo de árboles.
Es posible que la decoración y el uso de árboles haya sido un resabio de las religiones paganas. Aunque “paganas” es bastante amplio, no nos referimos específicamente a las romanas, ya que las primeras apariciones registradas de predecesores de los árboles de Navidad datan del siglo 15.
Sin embargo, hasta el siglo 19 el uso del árbol de Navidad precio estuvo reducido a algunas regiones bálticas y germanas de Europa, sin extenderse hacia el resto del continente.
A mediados del 1800, los primeros árboles de Navidad fueron introducidos en Francia, y unas décadas antes en Holanda.
Entre mediados y principios de este siglo, los árboles y adornos de Navidad se extenderían poco a poco por Europa, llegando al mismo tiempo a América y las demás colonias.
Un detalle interesante que muestra también el cómo esta práctica no estaba asociada directamente con la Navidad como celebración religiosa es que el primero de estos árboles no fue introducido en el Vaticano hasta 1982 por el Papa Juan Pablo II.
Cabe destacar que incluso durante este tiempo la decisión fue rechazada por algunos de los círculos religiosos más puristas. Estos estaban en contra de todos los modelos de árboles de Navidad, al considerarlos ajenos a la naturaleza original de la fiesta.
Juan Pablo II argumenta que había una tradición religiosa de incorporación del simbolismo del árbol a los festejos. En parte tendría razón, ya que en algunas de las primeras apariciones de estos árboles había un vínculo entre estos y elementos tradicionales cristianos.
Para nombrar algunos, podemos mencionar el árbol del conocimiento. En algunas de las primeras tradiciones la decoración del árbol simbolizaba la manzana bíblica.
Con esto último terminamos este artículo. Esperamos que hayan podido aprender algún otro dato histórico navideño. Estamos seguros que serán muy bien recibidos en la próxima cena de Navidad.