En los próximos diez años, Cataluña enfrenta un desafío energético significativo que amenaza su autonomía eléctrica. El reciente acuerdo político entre el PSOE, Junts per Cataluña y ERC no aborda la cuestión crucial de la energía, dejando a la región con una dependencia del suministro eléctrico del resto de España. Este panorama se complica por el cierre programado de las centrales nucleares y la falta de desarrollo en fuentes renovables.
Con aproximadamente el 57% de la electricidad consumida en Cataluña proveniente de centrales nucleares, la región se encuentra en una posición vulnerable. Las centrales Ascó I, Ascó II y Vandellós II, ubicadas en la provincia de Tarragona, son responsables del 56,2% de la producción eléctrica en Cataluña. Sin embargo, con el cese programado de Ascó I en 2030, seguido por Ascó II en 2032 y Valdellós II en 2035, la región enfrenta una transición crítica hacia fuentes de energía alternativas.
Este cambio coincide con las previsiones de que la energía nuclear será cada vez menos competitiva en términos de costos, lo que podría resultar en un aumento del precio de la electricidad en Cataluña, afectando directamente a los consumidores y empresas.
Producción de energía eléctrica por zonas
Categoría |
Cataluña |
Resto de España |
% electricidad de nucleares |
57% |
20% |
% electricidad de renovables |
15.6% |
46.7% |
% electricidad de hidroeléctricas |
6.8% |
19% |
% electricidad de cogeneración |
8.3% |
10% |
A pesar de la necesidad inminente de buscar alternativas, Cataluña solo obtiene el 15,6% de su electricidad de fuentes renovables, siendo solo el 6,8% de esa parte renovable proveniente de centrales hidroeléctricas. El resto proviene de ciclos combinados de gas y cogeneración, representando el 18,6% y el 8,3%, respectivamente, en 2022. La falta de desarrollo renovable se atribuye a problemas burocráticos y al rechazo social.
La pregunta clave es: ¿Cómo puede Cataluña sustituir las centrales nucleares y garantizar un suministro eléctrico sostenible? El sector reconoce que el desarrollo de renovables ha sido limitado, lo que plantea un desafío significativo para alcanzar la neutralidad climática. Aunque Cataluña comparte frontera con Aragón, un importante productor de energía eólica, las dificultades burocráticas y la resistencia social han impedido el avance necesario.
Un proyecto de Forestalia, empresa aragonesa de renovables, destaca la posibilidad de llevar energía limpia y asequible a Cataluña a través de una línea de transmisión. Sin embargo, esto plantea la preocupación de depender en exceso de un vecino, afectando la independencia eléctrica de Cataluña.
Según el Instituto Catalán de Energía (ICAEN), alcanzar un sistema eléctrico totalmente descarbonizado requiere la instalación de 12.000 megavatios (MW) renovables nuevos hasta 2030 y 58.400 MW hasta 2050. Este objetivo implica ocupar el 2,5% del territorio para usos energéticos, con una inversión estimada de 84.361 millones de euros.
La baja interconexión con Francia complica aún más la situación, ya que desconectarse del sistema eléctrico peninsular requeriría replantear todo el sistema eléctrico del país. Cataluña se enfrenta a un futuro incierto en el que la dependencia eléctrica se entrelaza con desafíos medioambientales y económicos.
A medida que Cataluña se embarca en esta transición crucial, es fundamental abordar la eficiencia energética y considerar estrategias para ahorrar en el consumo de luz. La conciencia sobre la importancia de estas acciones se vuelve crucial para asegurar un suministro eléctrico sostenible y asequible en los próximos años.