Viernes, 22 de Noviembre del 2024
turismo



El transporte público formal con grave riesgo de desaparecer

Publicado el 04/05/23

 

 

El 24 de abril quedó inoperativo el corredor amarillo y se señaló la posible suspensión del corredor morado a raíz de una falta de recursos económicos para su supervivencia, beneficiando y favoreciendo (de seguir la problemática) a la informalidad.

 

Lima, mayo de 2023. La suspensión del corredor amarillo puso en alerta a diversos especialistas, al gremio automotriz y los concesionarios formales, resaltando sus preocupaciones frente a la crisis que el transporte público formal está atravesando.

 

Además,  los corredores como el rojo, azul, morado y verde no son ajenos a este hecho. Dado que, a falta de recursos, se cuestiona su supervivencia y se conllevaría a la quiebra de las empresas formales y el retiro total de las unidades en las vías. Lo que, implicaría la casi desaparición de los transportes públicos formales y el fortalecimiento de la informalidad en el mismo sector.

 

Tanto el gremio automotriz como los concesionarios formales del transporte público, buscaron una solución ante la preocupante situación, solicitando el apoyo del Gobierno hacia el sector formal del transporte urbano para recuperar el equilibrio económico de sus respectivos contratos.

 

Sin embargo, concluir una solución efectiva que implique resolver la problemática de los corredores y salvaguardar el deseo de tener un sistema de transporte formalizado y eficiente, no es una tarea sencilla de remediar ni mucho menos barata. No es únicamente por los costos internos, sino también por la reducción de usuarios (producto de la pandemia), los aumentos del precio al combustible, el encarecimiento de los servicios financieros y otras variables más que dificultan (por no decir imposibilitan) la pronta solución.

 

Los riesgos latentes ante la situación 

 

La suspensión del corredor amarillo ha esclarecido la importancia de contar con un sistema integrado (sostenible, eficiente y formalizado) de transporte urbano en la sociedad y contar con flotas de vehículos modernos que operen a gas. No solamente para garantizar la formalidad en el sector, asegurando así mejores oportunidades, sino también, para reducir los niveles de contaminación que se generan por la presencia de vehículos antiguos.

 

Hasta el 2022, el promedio de antigüedad de los autos era cerca de 14 años, los cuales al día de hoy siguen operando con Diesel y causan el 70% de la contaminación aérea, según un estudio del Comité de Gestión de la iniciativa de Aire Limpio.

 

Además, como se ha ido revelando a lo largo del tiempo, el transporte público se mantuvo como uno de los medios principales por el cual las personas se han movilizado constantemente, representando cerca del 51% de toda la población.

 

Sin embargo, a falta de un sistema de transporte moderno, eficiente y sostenible, la calidad de vida de las personas se ve reducida. Si bien el transporte público tradicional no cuenta con la infraestructura adecuada o expone al usuario a riesgos en su movilidad o a la propia salud de las personas, al estar expuestas a la emisión de gases nocivos, ocasiona diversos problemas a su sistema respiratorio, auditivo y otras aflicciones.

 

De acuerdo a la fundación Thomas Reuters, estos reducen la expectativa de vida cerca de 2 años.

 

El Sistema de Transporte Formalizado

 

Aunque el anhelo de tener un sistema de transporte urbano formalizado es un sueño que parece cada vez más lejano, no es algo que sea imposible de obtener a pesar de las adversidades y preocupaciones que se han observado por la suspensión del corredor amarillo.

 

Esta situación sólo ha logrado resaltar, ahora más que nunca, la vitalidad de lograr estructurar un sistema de transporte público que sea eficiente, sostenible y formal para asegurar la calidad de vida, tanto de las personas como del ambiente, priorizando además vehículos modernos que operen bajo un sistema de combustibles limpios para reducir los niveles de contaminación.

 

Sin embargo, no es una acción que, como se ha podido observar, recaiga únicamente en la responsabilidad de los gremios y concesionarios formalizados. El trabajo conjunto con el Gobierno para velar y garantizar la supervivencia del transporte urbano es indispensable para cumplir el sueño de millones de peruanos que siguen esperando por tener un transporte público eficiente y seguro.

 

De seguir con este problema y no encontrar una solución conjunta rápida, implicaría (entre muchas cosas) la desaparición total de un sistema de transporte formalizado e incluso llevaría al fortalecimiento de la informalidad en este tipo de medio de movilización al cual muchos ciudadanos no tienen más remedio que seguir empleando.

 



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