Desde hace varios años, el sueño de toda startup en crecimiento era llegar a convertirse en el famoso “unicornio”, emprendimientos que alcanzan un valor de US$1.000 millones en algún momento de su proceso de levantamiento de capital, sin cotizar en la bolsa. Sin embargo, los problemas actuales como los rezagos de la pandemia, las crisis económicas y bursátiles, la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros, han llevado a que las startups replanteen no solo sus estrategias, sino también sus proyecciones de crecimiento en el mediano y largo plazo.
Es en esta coyuntura que, las startups vienen operando y enfrentando bajas en su liquidez, a causa de menor dinero en el mercado, y un impacto negativo en su capacidad de adquirir capital de riesgo por medio de inversión directa. La idea del unicornio va desapareciendo rápidamente a causa del miedo de que su empresa se convierta en dinosaurio; es decir, una empresa lenta tanto en procesos como en adoptar nuevas tecnologías y modelos de negocio innovadores.
En el caso de inversionistas, en lugar de realizar inversiones basadas en proyecciones de crecimiento, los grandes empresarios en capital de riesgo ahora se enfocan en que las empresas muestren un camino claro de rentabilidad. En 2022, la financiación para este tipo de compañías disminuyó trimestre a trimestre, por lo que algunos inversionistas decidieron retroceder después de experimentar pérdidas en sus fondos públicos y la ausencia de un plan de recuperación.
Forbes, en consulta con destacados capitalistas de riesgo, inversores y proveedores de datos encontró que, la mitad de la riqueza de los multimillonarios detrás de los unicornios ha desaparecido, lo que deja a este grupo de élite de visionarios de startups 96.000 millones de dólares más pobres que hace un año. Doce de ellos ya no son multimillonarios. Y eso excluye a una docena de fundadores de unicornios chinos que enfrentan su propio conjunto único de problemas (políticos y de otro tipo).
Pero lo anterior no significa que todo está perdido para las startups. Por el contrario, se trata de ver oportunidades para aprender y crecer, incluso a pesar de obstáculos económicos importantes que se están viviendo hoy en día.
En Perú, así como Rextie, hay muchas empresas buenas surgiendo. Nosotros podríamos considerarnos “camello” y/o “cebra” porque nos encontramos en pleno crecimiento, con servicios y mercados bien definidos y con gran tracción demostrada. Nuestro enfoque actual es seguir sintiendo ese placer invaluable de que estamos haciendo las cosas bien y que estamos preparados ante cualquier eventualidad que se muestre el mercado. Venimos trabajando en fortalecer nuestra estructura organizacional, lo que sabemos que genera seguridad y confianza en los posibles socios de negocios, mediante certificaciones de estándares internacionales.
Sabemos dos cosas de los dinosaurios: que en algún momento dominaron la tierra, y que ahora no queda ninguno. Y de los unicornios que, sin haber sido vistos nunca, son amados por casi todo el mundo. Vivimos en mundo que corre de manera acelerada, ahora todo es mucho más rápido, dinámico y cambiante. Por lo que, si no queremos estacarnos y desaparecer en un corto o mediano plazo, debemos adaptarnos a todo lo que venga y sobre todo, prepararnos y vivir siempre un paso adelante.