El episodio más violento entre Ejército y la fuerza paramilitar FAR desde el golpe de Estado
Sudan, 16 de Abril del 2023.-Los combates estallaron el sábado 15 de abril en Jartum, en el punto más alto de las tensiones entre las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), del general Mohamed Hamdane Daglo, y su archirrival, el jefe del Ejército Abdel Fattah al-Burhane, quien de facto encabeza Sudán como jefe de Estado de transición colectiva del país. El grupo paramilitar asegura tener el palacio presidencial y el aeropuerto de la capital
La tensión entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) crecía desde hace semanas, incluso meses. Este 15 de abril, finalmente estalló en Jartum, la capital del país.
Al menos 25 personas perdieron la vida en los enfrentamientos, según el Sindicato de Médicos de Sudan y las FAR. Además, 183 personas quedaron heridas. La cifra preliminar era de solo tres fallecidos y todavía no queda claro si las víctimas son civiles o no. En declaraciones al periódico estadounidense The New York Times de funcionarios de la ONU, la entidad calcula que los fallecidos son 30 y los heridos alcanzan los 400.
El enviado especial de la misión de Naciones Unidas en Sudán, Volker Perthes, condenó “enérgicamente el estallido de los combates en Sudán” y pidió “el cese inmediato” de las hostilidades entre el Ejército y el grupo paramilitar, que se están enfrentando en varios puntos del país.
Los choques se dan justo un día después de que el vicepresidente del Consejo Soberano sudanés y líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, alias “Hemedti”, mostrara su disposición de buscar una solución a la escalada de tensión con las Fuerzas Armadas para evitar un “derramamiento de sangre”. Las FAR llaman ahora a toda la población, como a los propios soldados, a la sedición contra el ejército.
Mientras el Ejército, dirigido por el general Abdel Fattah al-Burhane, gobernante de facto de Sudán desde el GOLPE DE ESTADO del 25 de octubre de 2021, denuncia “mentiras” y la “traición” de una fuerza que recientemente desplegó blindados y hombres por todo el país.
Durante el golpe, Hemedti y Burhane formaron un frente común para expulsar a los civiles del poder.Sin embargo, Hemedti nunca ha dejado de denunciar el golpe de Estado, de ponerse del lado de los civiles -por lo tanto contra del Ejército en las negociaciones políticas- y ahora es su disputa con el general Burhane la que impide cualquier salida a la crisis en Sudán.
Las FAR dicen que controlan el palacio presidencial
Durante días, la calle había estado llena de rumores de una inminente guerra de guerrillas entre los dos bandos. El sábado por la mañana, Jartum se despertó con el sonido de disparos fuertes y explosiones casi continuas.
En pocas horas, las FAR anunciaron que habían tomado el aeropuerto internacional de Jartum, en el corazón de la capital, luego el palacio presidencial, donde suele sentarse el general Burhane, así como el palacio reservado a los invitados de Estado, un aeropuerto en el norte del país y “otras bases en diferentes provincias”.
En un comunicado de prensa, llaman a la población a “unirse a ellos” y afirman a los militares que no están “apuntando a ellos, sino a su estado mayor que los utiliza para mantenerse en su trono, aunque eso signifique poner en peligro la estabilidad de la país”.
Los residentes están confinados en sus casas. “Como todos los sudaneses, sigo protegido”, tuiteó el embajador estadounidense John Godfrey.
“La escalada de las tensiones entre los soldados a la confrontación directa es extremadamente peligrosa. Hago un llamado a los altos mandos militares para que dejen de luchar de inmediato”, escribió.
El Ejército, en la página siguiente, denuncia “mentiras” y acusa a los paramilitares de haber iniciado las hostilidades: “los combates” comenzaron cuando las FAR atacaron bases militares “en Jartum y en otros lugares de Sudán”, dijo a la AFP el portavoz del Ejército, el general Nabil Abdallah. El Ejército, pues, “cumple con su deber de proteger a la patria”, agregó.
Del lado de las FAR, se dice lo contrario: que fueron “sorprendidos en la mañana por la llegada de un gran contingente del ejército, que sitió su campamento en Soba”, en el sur de Jartum, y “los atacó con todo tipo de armas pesadas y ligeras”.
Un punto de inflexión peligroso
El jueves, 13 de abril, el Ejército denunció un “peligroso” despliegue de paramilitares en Jartum y otras ciudades de Sudán “sin la aprobación, ni la más mínima coordinación, con el mando de las fuerzas armadas”.
Luego hizo sonar “la campana de alarma” frente a “un punto de inflexión peligroso e histórico” porque durante días, mientras la población civil y la comunidad internacional se veían obligadas a aceptar una nueva postergación de la firma de un acuerdo político que supuestamente sacaría al país del impasse, los videos no paraban de mostrar en diferentes lugares la llegada de un gran número de vehículos blindados y hombres, particularmente en la capital.
El futuro de los paramilitares es ahora la cuestión principal en Sudán: cualquier regreso a la transición democrática depende de su integración en las tropas regulares. Sin embargo, parecen más cerca de pasar a convertirse en una milicia rebelde.
La ONU busca una “desescalada inmediata de la crisis”
Ante la escalada de tensiones, las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, habló con el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, para trabajar conjuntamente con el objetivo de retomar el camino hacia la paz en Sudán.
Según un comunicado, ambos líderes “acordaron coordinar sus esfuerzos para trabajar por una desescalada inmediata de la crisis”. Además, según la misma información, Guterres condenó “energéticamente” los choques armados.
Posteriormente, la ONU informó que su secretario general habló con ambos líderes en el conflicto para pedir el cese inmediato de la violencia.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, también pidió a través de Twitter parar los disparos para “evitar más escaladas o movilizaciones de tropas y poder seguir con las conversaciones para resolver los problemas”.
U.S. Secretary of State Antony Blinken and other top diplomats expressed extreme concern Saturday over the outbreak of violence. “We urge all actors to stop the violence immediately and avoid further escalations or troop mobilizations and continue talks to resolve outstanding issues,” Blinken wrote on Twitter.
Chad, país vecino de Sudán, decidió cerrar sus fronteras con el estado en crisis. El Gobierno publicó otro comunicado donde informó seguir “con especial atención la situación en Sudán” y mantener el límite entre ambos clausurado “hasta nueva orden”.
Las claves del conflicto entre el Ejército y los paramilitares de Sudán
¿Qué son las Fuerzas de Apoyo Rápido?
Son una fuerza paramilitar creada por el expresidente islamista Omar al Bashir y que depende de la inteligencia sudanesa. Desde su reconversión en 2013 está liderada por Hemedti, que tras el golpe de Estado de 2021 es el vicepresidente del Consejo Soberano y número dos del Ejército.
Las FAR nacieron de las milicias Yanyauid (Janjaweed), acusadas de cometer matanzas y violaciones masivas en el conflicto de Darfur (2003-2008) y tras el derrocamiento de Al Bashir, en abril de 2019, se reconvirtió en una fuerza militar regular.
Esta agrupación también fue acusada de asesinar y secuestrar a manifestantes prodemocráticos durante la llamada revolución sudanesa, que derrocó al régimen del exdictador tras tres décadas en el poder.
¿Cómo ha sido la transición democrática?
Sudán se encuentra inmerso en un proceso de transicion democratica con el objetivo de poner fin a la crisis política desatada tras el golpe de Estado en octubre de 2021.
El pasado 8 de enero comenzó la fase final del proceso político entre los firmantes del “acuerdo marco”, alcanzado el pasado 5 de diciembre entre militares y civiles y que definía los pasos para establecer un gobierno civil que sustituya al actual militar.
Sin embargo, la firma del acuerdo político definitivo entre las diferentes partes involucradas en el proceso de transición de Sudán, que estaba prevista que fuera rubricada el 1 de abril, quedó pospuesta hasta en dos ocasiones por falta de consenso sobre la creación de un Ejército unificado con las FAR.
¿Cuál es el origen del conflicto?
Las desavenencias entre el Ejército sudanés y las FAR se remontan al año 2019, cuando estas últimas fueron acusadas de ser el brazo visible de la represión que acabó con la vida de cientos de manifestantes que acamparon frente a la sede del Ejército en protestas que propiciaron la caída de Al Bashir.
La plataforma opositora Fuerzas de la Libertad y el Cambio pidió entonces su disolución y recordó que este grupo cometió crímenes contra la humanidad en Darfur.
Fue entonces cuando Hemedti afirmó que el desalojo de esa sentada “fue una trampa y el objetivo eran las FAR”, que según el líder de este grupo armado fueron víctimas de unos oficiales de diferentes rangos, si bien no acusó formalmente al Ejército.
La suma de estas situaciones dificulta la integración efectiva de las FAR en el Ejército nacional de Sudán, pese a los intentos y compromisos anunciados tanto por Al Burhan como por Hemedti.
Fuente; France 24
Fotos: AFP