Las personas con un diagnóstico oncológico suelen enfrentarse a sesiones de quimioterapias, radioterapias, cirugías o cualquier otro abordaje terapéutico con extenuantes días de recuperación; pero también afrontan mucho dolor a causa de variadas secuelas como: linfedema, fibrosis post radioterapia, incontinencias, fatiga, reducción de la capacidad respiratoria, neuropatías, desacondicionamiento funcional, disminución de rangos de movimientos, disminución de fuerza muscular o caquexia.
Aquí es donde la fisioterapia oncológica toma vital importancia, ya que es una especialidad que trata estas secuelas con resultaos positivos en casos de atención temprana y oportuna. En el 2000, la Sociedad Americana de Oncología, indicó que el tratamiento de cáncer no solo debe orientarse a salvar la vida del paciente, sino también preocuparse por la calidad de sobrevida del mismo.
“Las cirugías, la hormonoterapia y la terapia inmunológica afectan la capacidad motora, sensitiva y sensorial del paciente. En estos casos la fisioterapia ayuda a mantener y preservar estas funciones. Recordemos que el tratamiento de un paciente oncológico tiene una duración aproximada de 1 año, y durante este tiempo el acompañamiento especializado es fundamental para evitar el deterioro de la capacidad motora y funcional”, comentó Mabel Cornejo, docente de la Escuela de Posgrado Wiener.
Asimismo, la experta señala que la fisioterapia oncológica busca que el paciente tenga mayor adherencia a los tratamientos oncológicos y contribuye a la salud mental. Después del tratamiento la persona debe reintegrarse a su actividades normales, y la fisioterapia contribuye a la readaptación física, evitando la instalación de secuelas como la fatiga y el linfedema.
“Las secuelas no solo son motoras, también son a nivel sensitivo, sensorial y cognitivo. Por ejemplo, el aspecto motor se ve afectado por cirugías donde se realizan resecciones de tejido blando, óseo o la extirpación ganglionar que genera problemas de tipo vascular. Aunque el enfoque quirúrgico ha cambiado y ahora se busca la preservación sobre la mutilación, la realidad peruana genera intervenciones más drásticas debido a que los pacientes reciben tratamiento en estadios avanzados imposibilitando la aplicación de tratamientos menos agresivos”, refiere Cornejo.
Finalmente, la especialista indica que uno de los beneficios principales para un paciente que ha tenido el acompañamiento de un fisioterapéutico especializado durante todo el tratamiento, es que tendrá una recuperación más rápida con menos efectos nocivos, lo que contribuirá a mejorar incluso la sobrevida en tiempo y en calidad.