Lima, 16 de Julio del 2022.- No hay que bajar la guardia aunque haya pasado hace poco la Covid-19 porque la inmunidad que se creía que adquiría el paciente no es tan larga como se pensaba. Al menos, no con los nuevos linajes BA.4 y BA.5 de Omicron, mayoritaria esta última en España. Si con las anteriores variantes del SARS-COV-2 y linajes de ómicron se estimaba que el contagio protegía durante al menos cuatro meses y aún así, solo en algunas personas, con estos dos linajes, autores de la séptima ola en España, esos cálculos se han reducido de manera notable: de 28 días a 3 meses, según las últimas investigaciones.
La explicación hay que buscarlas en las mutaciones de estos linajes, “que permiten al virus evadir la inmunidad”, según Tulio de Oliveira, director del Centre for Epidemic Response & Innovation (CERI) de Durban (Sudáfrica). Entre estas mutaciones, la F486, la llave para escapar a las vacunas y a la inmunidad que da haber pasado la infección, según estudios sudafricanos.
Un trabajo del Biomedical Pioneering Innovation Center de la Universidad de Pekín (China), publicado en Nature , concluyó que las personas que se infectaron con la variante ómicron pueden volver a infectarse con sus subvariantes incluso aunque hayan recibido la dosis de refuerzo.
El problema es saber con qué subvariante se ha contagiado una persona y su nivel de anticuerpos, porque esas pruebas no están al alcance del ciudadano de a pie. Pero es muy probable que si se ha infectado en las últimas dos semanas sea con la BA.5, que se ha expandido como la pólvora apartando a la anterior.
La posibilidad real de reinfección ha hecho a muchas personas poner en duda las vacunas, un problema de cara al otoño cuando es probable que comience una nueva tanda de vacunaciones. Pero los expertos lo dejan claro, las vacunas funcionan porque protegen de la enfermedad grave, como los datos de hospitalización revelan pese a la gran cantidad de contagiados del último mes. Pero no evitan la infección porque van perdiendo efectividad. Los anticuerpos de las vacunas ya han perdido “bastante efectividad” contra la ómicron y, ahora, quienes llevan las tres dosis, estarán en torno al 50%, señala Luis Enjuanes, jefe del laboratorio de Coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, quien ha pedido volver a las mascarillas en los interiores y evitar los eventos multitudinarios para intentar parar esta ola de contagios (la incidencia de casos se sitúa en los 1.158 casos por 100.000 habitantes en los mayores de 60 años, casi cien puntos menos que el martes).
La BA.5 puede infectar rápidamente a personas que tienen inmunidad contra el virus. Así lo declara Andrew Robertson, director de salud de Australia Occidental: “Lo que estamos viendo es un número cada vez mayor de personas que se han infectado con BA.2 y que luego se vuelven a contagiar a las 4 semanas”.
Las vacunas actuales se basan en la cepa original del coronavirus que surgió en Wuhan, China, a finales del 2019. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) han pedido a los fabricantes de vacunas que presenten nuevas fórmulas dirigidas a la BA.5 y la BA.4. Esos refuerzos podrían estar listos este otoño. Pero no hay garantía de que estas últimas subvariantes sigan siendo dominantes dentro de cuatro o cinco meses. El virus no solo está evolucionando, sino que lo hace a una velocidad extraordinaria.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) investiga una nueva variante de ómicron llamada BA.2.75, que fue detectada en India a principios del mes pasado y que ya se ha extendido a una decena de países, en una propagación considerada muy rápida por Soumya Swaminatahn, jefa científica de la OMS. La experta dijo además que “se trata de una subvariante que es muy diferente a las anteriores y que tiene propiedades suficientes para que la veamos con inquietud”.
Fuente: La Vanguardia.