Lima, 27 de julio del 2022.- En nuestro país existe un ecosistema de emprendimiento tradicional y otro innovador. Ambos tienen su mercado, nicho y su propio modelo de negocio. En el caso del tradicional, está más enfocado a los productos del día a día, generalmente con muy bajo valor agregado. Por ejemplo: una zapatería, una cebichería o tienda de abarrotes. Estos pueden innovar; sin embargo, no es su principal prioridad.
Por otro lado, está el ecosistema de innovación, el cual nace obligatoriamente con productos de valor agregado porque se desenvuelve o desarrolla en un rubro donde el consumidor es más exigente y sofisticado.
“Se está trabajando con los emprendimientos tradicionales para que estos puedan incluir algunos elementos que le brinden cierto valor agregado. Por ejemplo, con una panadería podemos innovar en la forma en la que se realizan las ventas, utilizando un canal como WhatsApp Business o Telegram o un social e-commerce. De esta manera le damos una inyección de valor agregado, en este caso mediante su canal de distribución”, señala Renzo Reyes, Director de StartUPC, aceleradora de negocios de la UPC.
Por otro lado, si se equipara el crecimiento esperado de una startup, un proyecto que tiene énfasis innovador o un producto innovador no debería crecer menos del 30% anual, precisa el especialista. “Si los emprendimientos dejan de innovar, entonces dejan de crecer. El que continúa brindando valor agregado, tendrá un producto en un mercado que le permitirá crecer.”
¿Qué hace falta para seguir impulsando un ecosistema innovador en nuestro país?
Renzo Reyes, señala algunos aspectos a solucionar para seguir impulsando el ecosistema innovador:
Finalmente, nuestro ecosistema está creciendo, va a captar más inversión, pero esto se seguirá invirtiendo en nichos como el e-commerce, las edtech, fintechs. Falta que la situación de otros nichos empiecen a desarrollarse, las foodtech, por ejemplo, están creciendo, pero como son más enfocados en productos físicos, su crecimiento es más lento.