La Municipalidad de San Borja continúa su campaña contra los locales de venta de alimentos que incumplan con las medidas sanitarias y pongan en riesgo la salud de los consumidores. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un año 1 de cada 10 personas en el mundo enferman tras consumir alimentos contaminados.
«Las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA) constituyen un importante problema de salud a nivel mundial. Por ejemplo, salmonelosis, intoxicación por bacillus cereus, intoxicación estafilocócica, botulismo, gastroenteritis por escherichia coli patógenas, triquinosis, cólera, hepatitis A, son generadas por el consumo de alimentos en mal estado o elaborados con nulas medidas de salubridad», comenta la bióloga Roxana Franco, jefe de la Unidad de Salud Pública de la comuna.
Por ello, es de suma importancia realizar la vigilancia sanitaria en todos aquellos establecimientos que preparan y/o expenden alimentos, ya que es una manera de prevenir los peligros y riesgos para el consumidor final.
Actualmente, en San Borja se evalúan las medidas indicadas en la normativa sanitaria para restaurantes y afines, entre las cuales se destacan las buenas prácticas de manufactura y contar con un programa de higiene y saneamiento. Para ello el personal manipulador de alimentos debe contar con su carnet sanitario vigente, usar la indumentaria adecuada y no presentar ningún signo o síntoma de enfermedad.
Por otro lado, se analiza que cada local cuente con zonas apropiadas para realizar la venta de alimentos, agua y luz de manera continua, tener buena iluminación y ventilación, contar con una campana extractora limpia, equipos de cocina operativos y limpios, y no evidenciar presencia de plagas.
«Durante el 2022, hemos realizado 368 inspecciones sanitarias a establecimientos que preparan y/o expenden alimentos, de los cuales 5 han sido clausurados y posteriormente subsanaron las observaciones realizadas en la inspección sanitaria para retornar sus servicios», indica la bióloga Roxana Franco.
La Unidad de Salud Pública realiza la vigilancia sanitaria a través de las inspecciones a los diversos establecimientos que expenden alimentos, de manera inopinada. Allí se dan las pautas necesarias para el buen funcionamiento de dichos locales, de acuerdo a lo establecido en la RM 822-2018/MINSA, que es la normativa sanitaria para restaurantes y servicios afines.
La contaminación de los alimentos se puede dar por diferentes vías, entre ellas: el aire, a través de las gotas expulsadas por nariz y boca; polvo o tierra de un medio ambiente inadecuado para la preparación o consumo de los alimentos; contacto con utensilios y/o superficies u otros alimentos contaminados; manos sucias del personal encargado; agua contaminada; y presencia de insectos o roedores.
Por ello debemos tener en claro qué es un contaminante alimentario: todo aquel agente extraño al alimento que pueda tener efectos adversos en la salud del consumidor.
Dependiendo del origen del peligro, estos se clasifican en:
Peligros físicos: cabello, vidrio, huesos, tierra, objetos personales, etc.
Peligros químicos: productos de limpieza y desinfección o sustancias tóxicas, etc.
Peligros biológicos: microorganismos como bacterias, virus y parásitos.
Estos contaminantes llegan a los alimentos por:
La falta de higiene del manipulador de alimentos.
Malos hábitos de higiene de utensilios, herramientas y locales.
Basura y residuos.
Plagas de animales.
Contaminación cruzada: esto se da al mezclar alimentos crudos con cocinados o al usar los mismos utensilios de cocina sin lavarlos para su manipulación.
“Es por ello que la vigilancia sanitaria constante a los establecimientos de preparación y venta de alimentos, así como la capacitación de los manipuladores de alimentos es una herramienta fundamental para disminuir o evitar la contaminación de los alimentos y sus consecuencias en la salud del consumidor final”, concluye la bióloga Roxana Franco.