Viernes, 17 de Mayo del 2024
turismo



Día de la Madre – Historias que nos unen: La Bisabuelita más fuerte y amorosa del Perú

Publicado el 07/05/22

Marleni Peña Ramírez, usuaria de Pensión 65, cría sola a su bisnieto en medio de carencias, en las alturas más agrestes y áridas de San Jun de Lurigancho.

Lima, 7 de Mayo del 2022.- Le cuesta reír. La vida siempre ha sido dura con ella. Su mirada por momentos apaga su brillo y, aunque se encienda cada vez que ve a su pequeño revolotear bajo la calamina, siempre delata un corazón herido. Sin embargo, pese a las penas y al peso de los años, que ha labrado múltiples surcos en su piel, Marleni aún mantiene vigor para entregar ese corazón, especialmente a Piero, su bisnieto que le da sentido a sus días en las agrestes y áridas alturas de San Juan de Lurigancho.

Marleni Peña Ramírez, usuaria del Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), habla pausado, con la u después de la f, como loretana que es. Aunque no pasó del primer grado, siempre tiene la palabra precisa para Piero, que ya está en tercero de primaria. La bisabuela se expresa con la sabiduría que le da su largo camino de vida, recorrido por bordes de precipicios anímicos que más de una vez intentaron tragársela sin éxito. La última gran prueba que tuvo fue hace un año cuando el coronavirus se sumó a la leucemia y le arrebató a Lila, su hija y abuela del pequeño. Aquella vez, Piero conoció a la muerte.

Como lo hacía desde joven para subsistir, Marleni estaba lavando ropa ajena en casa también ajena el día en el que Lila dejó para siempre la humilde vivienda de triplay, ubicada en uno de los cerros en los que se asienta la Asociación Jesús de Nazareth, en el sector Cantoral, cerca de la zona conocida como Casablanca. Al ver a su abuela esforzándose desesperadamente por respirar, Piero pidió ayuda a los vecinos a viva voz. Sumido en el miedo, sus gritos desgarradores le robaron algo de inocencia.

Escalón por escalón

Una de las hijas de Lila dio a luz a Piero siete años antes de ese episodio. En una decisión que puede resultar difícil de comprender, dejó al niño al cuidado de su abuela y bisabuela. Hoy el pequeño llama “mamita” a Marleni aunque sabe que nació de la señora joven que lo visita de tanto en tanto. A sus 8 años, Piero ya entiende que el título de mamá se labra día a día y escalón por escalón, como los que pisa Marleni de lunes a viernes en la empinada escalera del cerro para llevarlo y traerlo del colegio público.

“Mi Piero me da energía. Sin él no soy nada. Cuando se va al colegio me quedo muy triste y sola. Cuando regresa, aumentan mis ganas de vivir. Sigo siendo madre y lo seré hasta mi muerte porque debo criarlo con amor. Él me dice: no te mueras todavía mamita. Yo le digo: quiera Dios que viva muchos años más, hijito, para ver que ya seas un jovencito, estudies y trabajes”, dice, reflexiva, Marleni.

Consejos de vida

De los padres de Lila, de su nieta y de Piero prefiere no hablar y no es difícil interpretar su silencio. “No nos han ayudado”, se queja casi susurrando. De joven, por la falta de oportunidades y ya con Lila, emigró de Loreto a Lima, específicamente a San Juan de Lurigancho. Primero ambas fueron acogidas por unos familiares. Posteriormente, ellas se asentaron donde hoy revolotea Piero antes de irse a sus clases del turno tarde.

“Yo le aconsejo que no tenga malas ideas y que no se acompañe con amigos malos, sino con amigos buenos que le digan: vamos a estudiar, vamos a trabajar. También le recalco que el día en el que yo ya no viva, lleve a la práctica mis consejos”, indica Marleni antes de irse a la olla común más cercana a recoger el alimento del día, para ella y para Piero.

“Es mi mamá”

Con una madurez atípica para su edad, Piero se da cuenta que un solo día no alcanza para celebrar todo el amor que recibe de su bisabuela Marleni. “Para mí y para mi mamita Marleni, todos los días son el Día de la Madre”, sostiene el pequeño.

“Yo quiero mucho a mi mamita Marleni porque ella siempre me da buenos consejos, que de todas maneras voy a seguir. La quiero porque es mi mamá, me hace todo: me hace la comida, me tiende mi cama y tantas cosas más”, expresa Piero sin soltar ni por un segundo a su perrito ‘Chato’.

“Mamita Marleni, de grande yo voy a trabajar como policía y te voy a comprar todas las cositas que vas a necesitar”, promete el niño.

Piero es inteligente, tierno y avispado. Ha practicado el poema que recitará a Marleni por el Día de la Madre. Los besos y abrazos cariñosos están garantizados de sobra para el segundo domingo de mayo en las alturas de San Juan de Lurigancho.

MÁS DATOS

PENSIÓN 65 tiene 577 043 personas usuarias en los 1874 distritos del país, quienes reciben una subvención bimestral de S/250. Desde el 30 de abril reciben la subvención del segundo bimestre del año y la subvención extraordinaria.

DEL TOTAL de personas usuarias del programa, 320 461 son mujeres en pobreza extrema. En la mayoría de los casos son abuelas y muchas de ellas crían a sus nietos.

EN EL DISTRITO de San Juan de Lurigancho, Pensión 65 tiene 2736 personas usuarias, de las cuales 1619 son mujeres.

 



Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *