Se calcula que 70 millones de personas en el mundo padecen de Epilepsia. De las cuales, el 90% vive en países con ingresos bajos y medios. En nuestro país, se estima que entre el 1% y 2% de personas sufre este trastorno neurológico, según lo indica el neurólogo Walter de la Cruz de la Clínica Ricardo Palma.
Es una enfermedad crónica que generalmente no tiene cura; sin embargo, el paciente puede tener una gran calidad de vida con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. Es muy importante que respete las indicaciones del especialista y reconozca los detonantes de las crisis, a fin de evitar mayores complicaciones con su salud.
En casi el 50% de los casos se desconoce la causa que la origina; en el resto, puede deberse a traumatismos encéfalo craneanos, asfixias durante el parto, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares, malformaciones cerebrales congénitas, infecciones al cerebro (meningitis, neurocirticercosis), entre otras.
SÍNTOMAS
Las crisis epilépticas convulsivas o no convulsivas son el principal síntoma de la epilepsia y se deben a breves disturbios en la función eléctrica de un grupo de neuronas del cerebro. Una persona en crisis epiléptica puede experimentar alteraciones bruscas, breves y transitorias del comportamiento, de conciencia, movimiento, percepción y sensibilidad. Por lo general, ésta dura entre 1 y 2 minutos.
Se recomienda buscar ayuda médica de inmediato cuando: se presenta la primera crisis epiléptica, si las convulsiones se producen una tras otra, si la crisis dura más de 5 minutos, si la paciente está embarazada, si se producen lesiones durante las convulsiones y si no se recupera la conciencia 30 minutos después de terminado el evento.
Los medicamentos antiepilépticos es el tratamiento más frecuente para controlar este trastorno neurológico, que afecta a personas de todas las edades.
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