El Deporte se despide de uno de los mejores gimnastas de todos los tiempos. El húngaro Szilveszter Csollány ha muerto a los 51 años de edad (Sopron, Hungría, 1970) después de complicaciones con el Covid-19. El especialista en anillas era un antivacunas convencido, aunque se vacunó para poder proseguir con su actividad profesional.
Csollany fue el gran dominador de las primeras grandes competiciones del siglo XXI en las anillas. Destaca, por encima de todo, dos preseas olímpicas. En Atlanta 1996 fue plata tras el italiano Jury Chechi con una puntuación de 9.887 por los 9.812 del húngaro. Se resarciría en Sidney 2000. El 24 de septiembre en el Super Dome de la ciudad australiana marcó un 9.850, superó a Tampakos y Yovchev, y confirmó su estatus como el mejor del mundo en la prueba.
Ese hecho venía dado por sus grandes resultados en Campeonatos del Mundo. En 2002 fue campeón, mientras que sumó cinco platas más, 1992 en París, San Juan en 1996, Lausanne en 1997, Tianjin en 1999 y Ghent en 2001. Además, suma otras seis medallas en Campeonatos de Europa, con un oro en 1998.
Un convencido antivacunas vacunado
Tras su retirada profesional, Csollány no dejó la gimnasia de alto nivel, pues se convirtiría en entrenador. Durante el último año y con la pandemia mundial golpeando todo -incluyendo el deporte, el húngaro nunca ocultó su posición contraria a las vacunas contra el Covid-19. A través de su Facebook se mostraba escéptico con la misma, según informó el tabloide húngaro ‘Blikk’. Finalmente, tuvo que vacunarse para mantener su trabajo. En Austria estaba obligado al trabajar con niños.
En el mes de diciembre se infectó con Covid. El 3 de diciembre ingresó con neumonía en un hospital de Sopron. Su estado empeoró gravemente y fue trasladado a un hospital de Budapest. Tenía que ser asistido por un ventilador externo. El estado de salud se volvió crítico hasta que llegó el trágico desenlace.
Csollány es uno de los mejores deportistas de todos los tiempos en Hungría. Tiene en su haber la Cruz de Oro al Mérito de la República de Hungría y la Cruz de Oficial a la Orden del Mérito. Con su fallecimiento, el deporte húngaro se pregunta si no debería haber sido mejor valorado en vida, pues en sus últimos años pasó dificultades personales.
Fuente: Marca.com