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Reino Unido – “Partygate”: ¿Se acabó la fiesta para Boris Johson?

Publicado el 12/01/22

Acostumbrado a caer siempre de pie, el primer ministro británico Boris Johnson podría encontrarse esta vez con una crisis insuperable. Acusado de haber organizado y participado en una fiesta en los jardines de Downing Street en pleno confinamiento, el premier se ha visto forzado hoy en el parlamento, en un ambiente de enorme tensión, a admitir por primera vez que estuvo en la conocida fiesta de mayo de 2020.

Johnson ha asegurado que hay cosas que el gobierno “no hizo bien”, repitiendo en varias ocasiones que ojalá hubieran hecho las cosas diferente. “Entiendo la rabia que sienten conmigo y con el gobierno que dirijo, cuando piensan que en Downing Street las personas que las hacen no siguen las reglas correctamente”, dijo al parlamento.

“Me quiero disculpar. Sé que millones de ciudadanos de este país han hecho sacrificios extraordinarios durante los últimos 18 meses. Sé la angustia por la que han pasado, sin poder llorar a sus familiares, sin poder vivir su vida como querían o hacer las cosas que les gustan”, insistió el líder tory.

Por su parte, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, se ha mostrado contundente contra el primer ministro y ha calificado sus justificaciones como “el patético espectáculo de un hombre que se quedó sin camino. Su defensa de que no se dio cuenta de que estaba en una fiesta es tan ridícula que en realidad es ofensiva para el público británico “, dijo Starmer. “¿Ahora va a hacer lo decente y renunciar?”, añadió finalmente.

Estas son las claves del conocido como escándalo del “partygate”, que mantiene en vilo a Boris Johnson:

¿Botellón en Downing Street?

Boris Johnson deberá aclarar si estuvo presente en una fiesta en los jardines de Downing Street organizada el 20 de mayo de 2020. La revelación el lunes por la noche por el canal ITV de un correo electrónico enviado a un centenar de personas por el Secretario Jefe del Primer Ministro, Martin Reynolds, no deja dudas sobre la naturaleza del evento celebrado el 20 de mayo de 2020. “Aprovechemos el magnífico tiempo que hace estos días para tomar unos tragos a distancia social en el jardín. Que cada uno se traiga su bebida”, decía el mail, que además utilizaba el pronombre “nosotros”, algo que señalaría directamente al premier.

Una treintena de personas habrían respondido a la invitación. En ese momento, por orden gubernamental- es decir, por orden del propio Johnson-, las reuniones a puerta cerrada de familiares y amigos estaban prohibidas para todos los británicos, no se iba a trabajar a las oficinas, y solo dos personas podían reunirse al aire libre bajo amenaza de multas.

¿Qué apoyos tiene el premier?

La ira crece dentro de las filas del Partido Conservador, donde según los medios algunos creen que la pregunta no es si Boris Johnson tendrá que dejar el poder, sino cuándo. “Johnson pierde el apoyo de los tories”, titulaba hoy el conservador Daily Telegraph, destacando en particular el llamamiento a la dimisión lanzado por el líder del partido en Escocia, Douglas Ross, si resulta que Boris Johnson infringió las normas y engañó al Parlamento. The Times afirma que los miembros del gobierno le han pedido a Johnson que diga que “lo siente”, de lo contrario “los condenará a todos”.

Acostumbrado a caer siempre de pie, el primer ministro británico Boris Johnson podría encontrarse esta vez con una crisis insuperable. Acusado de haber organizado y participado en una fiesta en los jardines de Downing Street en pleno confinamiento, el premier deberá dar hoy explicaciones durante la sesión de preguntas y respuestas en el Parlamento en un ambiente de enorme tensión. Estas son las claves para entender el conocido como escándalo del
El primer ministro británico Boris Johnson geticula durante un encuentro con la prensa en Downing Street el pasado 4 de enero Jack Hill / AP.

¿Mintió Johnson?

Hasta ahora Johnson se ha limitado a decir que no podía hacer comentarios hasta que una alta funcionaria del gobierno, Sue Gray, concluyera una investigación interna relacionada con otras reuniones que presuntamente violaban las normas. Un video publicado en diciembre muestra al personal de Johnson riéndose y bromeando sobre otra fiesta celebrada en Downing Street durante el confinamiento de la Navidad de 2020. Poco después, The Guardian publicó una fotografía de Johnson y más de una docena de otras personas bebiendo vino en el jardín de su residencia oficial tomada en mayo de 2020.

Johnson previamente ha asegurado ante Parlamento que no se había producido ninguna fiesta (o que, al menos, él no tenía constancia) y que se habían seguido todas las pautas contra la covid. “Me disculpo sin reservas por el dolor que (el vídeo) ha causado en todo el país y por la impresión que produce, pero repito que me han asegurado repetidamente que no hubo fiesta y que no se rompieron las reglas de la covid”, dijo el pasado 8 de diciembre en referencia a la grabación de su personal.

¿Podrá aguantar en el poder?

Dos años después de su histórica victoria electoral, Boris Johnson ha visto caer en picado en los últimos meses su popularidad. Una encuesta rápida realizada por Savanta ComRes el martes mostraba que el 66% de los británicos piensa que Johnson debería renunciar, un 12% más más que una encuesta realizada en diciembre tras saltar la noticia de las fiestas navideñas. El mes pasado, los conservadores perdieron un escaño parlamentario que habían ocupado durante casi 200 años, mientras que la cómoda ventaja del partido sobre los laboristas también se ha evaporado.

Tanto ha caído el prestigio del premier que la opción de una moción de censura ya no es tabú entre los conservadores. Ya se baraja al ministro de Finanzas Rishi Sunak o a la jefa de la diplomacia Liz Truss como posibles substitutos.

Demasiadas polémicas

Además del escándalo de las fiestas, la reputación de Johnson se ha visto empañada por sospechas de que mintió sobre la financiación de la lujosa reforma de su apartamento oficial, la adjudicación de contratos entre amigos durante la pandemia o incluso acusaciones de favoritismo hacia generosos donantes del Partido Conservador.

Fuente: La Vanguardia.

 



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