Especialista de UTEC explica cómo se puede aplicar la Inteligencia Artificial y la recopilación de data para lograr un mayor desempeño en un equipo de fútbol.
Hoy, la ciencia permite a los mejores atletas del planeta mejorar su performance y destacar en el mundo altamente competitivo del deporte profesional. No solo eso, también es capaz de garantizar su seguridad, tanto al entrenar como en las exigentes competencias que enfrentan. Todo ello es posible gracias a áreas de la ciencia como la aerodinámica, la dinámica de fluidos, o la biomecánica.
Esta tecnología ya es aplicada para mejorar el desempeño de, por ejemplo, la Selección Peruana de Fútbol, que viene participando de manera destacada en la Copa América disputada en Brasil. Desde el 2015, tres años antes de la histórica clasificación al Mundial de Rusia, el comando técnico utiliza bases de datos y análisis estadísticos para una toma de decisiones más informada. De igual modo, los jugadores entrenan utilizando dispositivos que permiten registrar su velocidad, capacidad de salto o potencia de disparo.
Sin embargo, se puede ir aún más allá, tal como explica Wangdo Kim, docente de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC). Los especialistas y estudiantes de la universidad ya investigan sobre el uso de inteligencia artificial para mejorar el desempeño de los deportistas.
“Actualmente, un desafío muy importante para los científicos del deporte es entender los patrones dinámicos de comportamiento e interacción entre los atletas que caracterizan una performance exitosa en los diferentes deportes. Para lograrlo, se ha venido popularizando el uso de metodologías de Inteligencia Artificial”, detalla el especialista.
Sin embargo, para que este método sea efectivo, se requiere de una gran cantidad de data acerca de cada uno de los deportistas. Para ello, utilizan los partidos de fútbol como medio de investigación y aprendizaje, para que así los alumnos entiendan cómo se puede aplicar la inteligencia artificial a la ingeniería del deporte.
“En un partido de fútbol, tenemos a 11 agentes cooperativos enfrentándose a otros 11 agentes cooperativos. Sabemos que los individuos del mismo grupo deben jugar como un equipo y mantener ciertas posiciones relativas entre ellos y el grupo contrario. Las métricas del posicionamiento de jugadores en el campo y su movimiento es una parte de la data con la que trabajamos”, agrega Kim.
Sin embargo, el sistema de juego depende no solo del posicionamiento, sino también de su dinámica e interacción como grupo. En los deportes de equipo, las dinámicas de cada grupo intentan obtener un objetivo -como un gol en el fútbol- y, al mismo tiempo, buscan evitar que el contrario cumpla con sus propias metas, como mantener la portería sin goles.
“Esto conduce a interacciones espacio-temporales complejas, que pueden parecer difíciles de comprender y cuantificar. El fútbol, más que otros deportes de equipo, se caracteriza por incluir una gran variabilidad e imprevisibilidad de acciones, lo que ha llevado a los especialistas a investigar las redes de interacciones que surgen entre los jugadores dentro de los equipos. Sin embargo, todo esto es medible y estas métricas pueden usarse como una herramienta importante para mejorar las oportunidades de entrenamiento y realizar cambios en la estrategia del equipo, permitiendo detectar y actuar sobre sus debilidades durante el partido”, finaliza el docente de UTEC.
Así, el aporte de la ciencia al deporte es innegable. Gracias a los avances de la tecnología, y a la dedicación de ingenieros e investigadores, la ciencia es capaz de generar soluciones a desafíos en todos los ámbitos, como el deportivo. Esa es la visión que UTEC imparte a sus estudiantes: la ciencia y el conocimiento al servicio de la comunidad.