Paraguay, con una población de 7,3 millones de personas, suma casi 11.000 fallecidos por Covid-19 y unos 400.000 contagios. En las últimas dos semanas se ubica como el país con mayor mortalidad en el mundo, con una tasa de 24,79 decesos por cada 100.000 habitantes, según un conteo de AFP en base a cifras oficiales.
El director de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, advirtió que Paraguay “está en rojo” por el elevado número de muertos. “El país se encuentra con un nivel de transmisión comunitaria muy alto. Los pronósticos son bastante oscuros para este mes, y probablemente para parte de julio también“, indicó.
Las más de 750 camas de terapia intensiva del país están ocupadas. Además, unos 200 enfermos en estado delicado convalecen en salas comunes y hasta en pasillos de los hospitales esperando la liberación de un espacio en la Unidad de Tratamiento Intensivo. Entre 30 y 40% de los pacientes en UTI no soportan el rigor y fallecen.
“La situación es bastante complicada. A pesar del impresionante crecimiento (en la capacidad de atención en terapia intensiva) que se tuvo, no hay forma de dar respuestas. Si seguimos a este ritmo ni aunque tengamos 1.000 o 2.000 camas vamos a poder dar respuesta”, declaró el ministro de Salud, Julio Borba.
En ese contexto, la campaña de vacunación ha avanzado muy lentamente. El fin de semana pasado se formaron largas filas, cuando ya pueden ser inmunizados los mayores de 55 años. Un total de 50.000 pudieron vacunarse entre sábado y domingo.
Según cifras oficiales, en Paraguay se ha administrado la primera dosis a 475.000 personas, equivalente a 6,7% de la población que tiene que ser inmunizada. La meta es llegar a 30% en diciembre y a 75% de los habitantes en 2023.
“Menos de 500.000 paraguayos ha recibido en forma parcial o total la inmunización a través de la vacuna. Eso sigue favoreciendo la alta transmisión y va en contra de la disminución de la hospitalización y de la tasa de mortalidad”, advirtió a la AFP el epidemiólogo Tomás Mateo Balmelli.
Fuente: Afp.