El Combate de Iquique es el primer episodio armado de la Guerra del Pacífico, ocurrido el 21 de mayo de 1879.
Al mando del capitán de navío, Miguel Grau, la escuadra peruana estaba compuesta por el monitor Huáscar, la fragata Independencia, los monitores Manco Cápac y Atahualpa, la Corbeta Unión, la cañonera pilcomayo y los transportes Chalaco, Oroya, Limeña y Talismán. Por su parte, la escuadra chilena, al mando del contralmirante Juan Williams Rebolledo, estaba conformada por las corbetas Chacabuco, O´Higgins y Esmeralda, y las cañoneras Magallanes y Covadonga.
El poderío chileno era superior al peruano, pues contaba con naves más veloces, poderosas y de superior blindaje. Además estaba mejor preparado.
Por razones táctica, el presidente de la República, Mariano Ignacio Prado y su comitiva, al igual que las tropas de refuerzo, el Huáscar y la Independencia, se trasladaron al puerto de Iquique.
El 21 de mayo de 1879 ambos bandos, el peruano y el chileno, se encontraron frente a frente. El Huáscar, bajo el mando de Miguel Grau, atacó a la Esmeralda. Después de cañonearla, le atravesó con el espolón, partiéndolo en la mitad.
Al poco tiempo, la nave chilena se hundió. En el enfrentamiento murió Arturo Pratt, capitán de la Esmeralda, después de arrojarse sobre la cubierta del Huáscar. El marinero Mariano Portales lo derribó con un tiro de fusil.
En un acto de generosidad, Miguel Grau dispuso ayudar a los sobrevivientes y también recuperar las pertenencias de Prat para luego enviárselas a la viuda.
Lamentablemente, la Independencia no corrió la misma suerte, pues chocó incidentalmente contra una roca en Punta Gruesa y quedó encallada. La Covadonga se aprovechó de la situación y sus tripulantes dispararon contra los náufragos peruanos.
En el balance, Chile salió favorecido, ya que perdió un barco antiguo, mientras que Perú perdió su mejor barco. A la postre, esta situación decidió la suerte del Perú en la Campaña marítima.