El Alcalde de Lima, Jorge Muñoz, develó la portada restaurada de la Iglesia de Copacabana, uno de los santuarios más antiguos del distrito del Rímac, que tiene como imagen a la Virgen de Copacabana. Venerada por la población limeña por ser protagonista de muchos milagros, se mantuvo intacta durante el terremoto de 1687, cuando el templo se destruyó por completo.
Esta labor, a cargo del equipo de conservadores de Prolima de la Municipalidad de Lima, se llevó a cabo como parte de la implementación del Plan Maestro del Centro Histórico de la ciudad.
“A pesar de las dificultades propias del contexto mundial del Covid-19, hemos concluido con la restauración de esta antigua y bella portada de piedra, que estuvo cubierta con cemento por décadas y que hoy vuelve a relucir en este distrito histórico, sumándose a los atractivos turísticos de la ciudad”, afirmó el alcalde Muñoz.
Gracias a los meticulosos trabajos y al retiro de gruesas capas de cemento, se pudo develar la inscripción que señala que la portada fue diseñada por el célebre ensamblador Asensio de Salas, quien subcontrató al cantero Alonso de Cortinas para que talle la piedra. Así, grabado en piedra, se lee: “Alonso de Cortinas me fecit año de 1657”.
También se dio mantenimiento general al exterior de la iglesia; las labores, que se iniciaron en enero del 2020, paralizaron durante 100 días por la cuarentena obligatoria, pero luego fueron retomadas y culminadas. Se trata de la primera de 12 fachadas de iglesias que se van a restaurar como parte de la primera etapa de la implementación del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima; actualmente se viene trabajando en el Santuario de Santa Rosa y la Iglesia de la Recoleta, de la plaza Francia.
En el evento participaron la teniente alcaldesa del Rímac, Georgina Ruiz Cruz de Bracamonte; el gerente de Prolima, Luis Martín Bogdanovich Mendoza, y la superiora general de la Congregación Concepcionistas de Copacabana, Hermila Duárez Montenegro.
La Iglesia de Nuestra Señora de Copacabana, ubicada en la cuadra 4 del jirón Chiclayo, en el Rímac, fue inicialmente, en 1619, un pequeño templo de una sola nave con capillas laterales. El templo ha sido reconstruido muchas veces debido a los terremotos; una de las principales modificaciones es la construcción de la portada principal, realizada en 1657.