Alemania entra en confinamiento duro a partir de este miércoles y hasta el 10 de Enero, en lo que será el mayor golpe a la vida pública y actividad comercial adoptada en este país contra la pandemia del coronavirus desde el estallido de la misma. Los alemanes pagan así la factura por la tardanza con la que los estados federados han reaccionado al avance imparable del Covid-19 y a las advertencias premonitorias -y la última de ellas dramática- de la canciller Angela Merkel.
En 48 horas, toda la actividad comercial no esencial deberá echar el cierre, es decir todos los negocios salvo farmacias, ópticas, droguerías, gasolineras, bancos, supermercados y servicios de correos. Se prohíbe la venta y consumo de alcohol en lugares públicos, así como la venta de pirotecnia, con la que en este país se recibe el Año Nuevo.
Las reuniones se restringen a un máximo de cinco personas de dos hogares, sin contar menores de 14 años. Los servicios religiosos deberán celebrarse con medidas de higiene y seguridad extremas. No habrá cantos y el uso de mascarillas será obligatorio. Las residencias de ancianos se blindarán.
En las regiones con alta incidencia de Covid-19 se prohibirán las visitas a los mayores y todo el personal que trabaje en esos centros se someterá a una prueba de PCR una vez a la semana.
En el largo catálogo de restricciones aprobado en la conferencia extraordinaria celebrada hoy por el Gobierno Federal y los Länder figura así mismo el adelanto de las vacaciones escolares o, en su defecto, el levantamiento de la obligatoriedad de la asistencia presencial en las aulas. Se impone el trabajo telemático.
“Si no actuamos así, nos convertiremos en la mayor preocupación de Europa”, declaró tras la conferencia de Merkel con sus pares regionales el ministro presidente de Baviera, Markus Söder, el único que ha apoyado abiertamente la línea dura que la canciller ha intentando abrir desde septiembre.
A mediados de ese mes, Merkel pidió a los Länder medidas drásticas para salvar las Navidades, pues de lo contrario, avisó, se llegaría a los 20.000 contagios diarios y eso significaría confinamiento. Son las cifras que Alemania registra en la actualidad, a las que se suman unos 500 fallecimientos diarios. “Uno cada tres minutos”, puntualiza Söder.
Fuente: El mundo.