Domingo, 22 de Diciembre del 2024
El Alcalde propone poner el nombre del futbolista al Estadio San Paolo
“Mal, muy mal”, dice Gennaro Montuori Palumella. Tiene la voz quebrada y al final de la llamada rompe a llorar. Para el jefe de los ultras del Nápoles en los años ochenta la muerte de Diego Armando Maradona no es la muerte de un futbolista. “Se ha muerto parte de mi familia”, logra pronunciar al otro lado del teléfono.
Después de Argentina, el lugar del mundo donde más van a llorar la muerte de Maradona es Nápoles, donde vivió entre 1984 y 1991. Fueron los mejores tiempos del club de fútbol azzurro , cuando ganó sus dos primeros –y únicos– scudetti , una Copa de la UEFA, una Supercopa y una Copa de Italia.
Nápoles está hoy en estado de shock y decenas de tifosi se han reunido de manera espontánea en los murales dedicados al astro para homenajearlo en silencio en los Quartieri Spagnoli de la ciudad pese a que la región de Campania es zona roja y, en teoría, la ciudad está confinada. No se puede salir de casa sin una razón justificada, pero han corrido el riesgo para encender velas en los murales dedicados al número 10, retirado de la equipación oficial su honor. En la ciudad hay altares dedicados al culto maradoniano, casi tantos como los construidos en honor a san Gennaro, el santo de la ciudad.
El alcalde de Nápoles, Luigi De Magistris, ha propuesto que el estadio del San Paolo lleve su nombre.Mañana será día de luto ciudadano. “Para siempre. Adiós Diego”, ha tuiteado el club de fútbol. Más tarde, ha publicado un segundo mensaje. “Todo el mundo espera nuestras palabras. ¿Pero qué palabras podemos utilizar para expresar un dolor como el que viviendo? Por el momento, es el tiempo de las lágrimas, después vendrá el de las palabras”.
“Estamos en duelo”, ha dicho el portavoz del club, Nicola Lombardo. “Estamos en shock”. “No es verdad”, escribe en el Corriere della Sera Maurizio de Giovanni. “Aceptar esta noticia significaría creer que el gran rebelde, el hombre que supo inventar un juego que se creía completo, el vencedor en la tierra donde nunca se había ganado pueda caer, sea mortal, tenga un cuerpo torturado por una vida tan intensa”.
El delirio por Maradona en Nápoles va mucho más allá del fútbol. Treinta años después de su partida todavía le recuerdan como un jugador de orígenes humildes en la periferia de Buenos Aires que eligió una de las ciudades más pobres del sur de Italia y les llevó a la gloria venciendo a los poderosos equipos del norte del país, que durante años habían ridiculizado a los napolitanos. Las celebraciones cuando le ficharon fueron históricas. Las del primer scudetto paralizaron a la ciudad durante días.
“No puedo hablar. Es un día muy duro en este 2020 terrible”, afirma el ultra al teléfono. “Diego era nuestra ciudad, nuestra historia. Encendió Nápoles el día del scudetto y ahora Nápoles se ha apagado”.
Fuente: La Vanguardia.
