Tiene una eficacia del 94,5% para evitar contagios, según datos preliminares del ensayo clínico
Si Wall Street es el termómetro de algo, la maltrecha salud global, con 54,5 millones de infectados por el coronavirus y 1.310.000 muertos, empieza a ver la luz. El parquet bursátil se disparó de nuevo este lunes con el anuncio de la biotecnológica Moderna de que su Vacuna alcanza el 94,5% de efectividad, según los primeros resultados hechos públicos de su ensayo clínico de Fase III.
Así lo comunicó la empresa con sede en Cambridge (Massachusetts) en un comunicado de prensa. Su logró, en un tiempo récord, se suma al que anunció la semana pasada la cooperación entre Pfizer y BioNTech, que informaron sobre una vacuna con un 90% de eficacia. Ambas vacunas se basan en la innovadora tecnología del ARN mensajero y ambas estimulan el sistema inmunitario contra la proteína S del coronavirus.
El hecho de que dos vacunas diferentes probadas en ensayos clínicos independientes hayan conseguido resultados similares, en ambos casos con eficacias superiores al 90%, confirma el potencial de la tecnología del ARN mensajero para obtener vacunas eficaces. Y demuestra que la estrategia de neutralizar la proteína S del virus es adecuada para prevenir contagios.
El resultado hace prever que también tendrán eficacia elevada otras vacunas que actúan contra la proteína S y que están en fase de desarrollo avanzado como la de AstraZeneca o la de Johnson & Johnson, entre otras. “Es realmente la luz al final del túnel”, declaró ayer Anthony Fauci, director del Instituto de Alergias y Enfermedades Infecciosas estadounidense (NIAID), que ha colaborado con Moderna en el desarrollo de la vacuna.
“Este es un momento de inflexión”, remarcó en un comunicado Stéphane Bancel, director ejecutivo de la compañía.
Los resultados son alentadores para los otros inmunógenos que actúan contra la proteína S del virus
Moderna prevé haber fabricado unos 20 millones de dosis hasta final de este año, suficiente para cubrir a unos 10 millones de personas, ya que cada persona debe recibir dos dosis con tres semanas de diferencia para quedar inmunizada. La empresa espera producir al menos 500 millones de dosis en 2021, con la posibilidad de subir a 1.000 millones en función de la capacidad para conseguir materia prima. Esto se añade a los 50 millones de dosis prometidas por Pfizer y BioNTech antes de que acabe este 2020 y 1.300 millones de dosis para el 2021.
Otras diez compañías están realizando ensayos clínicos de fase III de vacunas contra el coronavirus –la fase definitiva para demostrar si una vacuna es eficaz y segura–. Los experimentos se llevan a cabo en Australia, Reino Unido, China, India y Rusia. Otras 50 vacunas candidatas se hallan en fases previas de experimentación.
En el ensayo clínico de Moderna, que aún no ha terminado, se han evaluado 95 casos confirmados de la Covid-19 entre los 30.000 voluntarios que participan en el estudio. La compañía farmacéutica señaló que 90 de los casos, once de carácter graves, se produjeron entre los participantes que recibieron el placebo. Entre los voluntarios que recibieron las dos dosis de la vacuna, se diagnosticaron cinco casos de Covid, ninguno de ellos grave. De estos resultados se deduce que la vacuna tiene una eficacia del 94,5% para prevenir contagios.
Quince de los 95 casos se registraron en personas mayores de 65 años. Aunque Moderna no ha concretado cuántos de ellos se produjeron en el grupo placebo y cuántos entre personas vacunadas, “el análisis preliminar sugiere un perfil de eficacia y seguridad consistente entre todos los subgrupos evaluados”, ha informado la compañía en su comunicado. De confirmarse esta conclusión, la vacuna tendría una eficacia elevada en mayores de 65 años, un grupo de población vulnerable a la Covid en el que se temía que las vacunas tuvieran una eficacia limitada debido a los efectos del envejecimiento sobre el sistema inmunitario.
La tecnología del ARN mensajero demuestra su potencial para obtener antídotos contra infecciones
“Es una noticia extremadamente buena; si miras los datos, los números hablan por si mismos”, indicó el doctor Fauci. “Me describo a mí mismo como realista, fundamentalmente un optimista cauto. Habría dicho que un 90% era posible, pero no esperaba lograrlo”, dijo.
“Esto es un punto clave en el desarrollo de nuestra vacuna para la Covid-19”, insistió Bancel. “Desde enero hemos perseguido este virus con la intención de proteger al máximo de personas posible. Hemos aprendido que todos los días importan. Estas evaluaciones iniciales de nuestra fase tres del estudio nos han dado la primera validación de nuestra vacuna contra esta enfermedad”.
La compañía remarcó en su comunicado que no existen preocupaciones de seguridad significativas. Según su avance, la vacuna ha sido bien tolerada por la mayoría de los voluntarios con síntomas leves o moderados. Los efectos secundarios incluyen dolor en la zona de punción y, después, en la segunda dosis, fatiga, y dolores musculares y de cabeza, lo que son indicios de la activación del sistema inmunitario para enfrentarse al virus.
Una revisión independiente ha avalado estos resultados. La compañía espera concluir su fase de prueba en escasas dos semanas, mucho antes de lo previsto, y solicitar una autorización de emergencia a la Agencia de Alimentos y Fármacos estadounidense (FDA). Esta agencia había establecido que una vacuna contra la Covid debía tener una eficacia mínima del 50% para ser autorizada, un umbral que Moderna ha superado ampliamente.
A diferencia de Pfizer y BioNTech que invirtieron 2.000 millones de dólares de su propio presupuesto, Moderna forma parte de la Operación Velocidad de Curvatura que lanzó la Casa Blanca para desarrollar vacunas contra la Covid y por la que la compañía ha recibido 2.500 millones de dólares.
Tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer-BionNTech se basan en la innovadora tecnología del ARN mensajero (ARNm) para estimular inmunidad. No existe aún ninguna vacuna aprobada contra ninguna enfermedad basada en esta tecnología. Su estrategia consiste en introducir directamente en el organismo moléculas de ARNm con las instrucciones genéticas para fabricar una proteína del virus. Con estas instrucciones genéticas, células del propio cuerpo humano producen la proteína, que activa el sistema inmunitario para reconocer y eliminar el virus si se encuentra con él en el futuro.
Fuente: La Vanguardia.