Bogotá, oct. 8.
La oficina de derechos humanos de la ONU denunció un ataque rebelde contra uno de sus vehículos en el sur de Colombia, en una acción repudiada por el gobierno este jueves.
El hecho, que no dejó víctimas, ocurrió el miércoles en la región de Caquetá (sur), donde “la Oficina se encontraba en una misión con la Defensoría del Pueblo (ombudsman) y la Comisión de la Verdad”, entidad surgida de los acuerdos de paz, explicó la ONU en un boletín de prensa.
Los ocupantes del vehículo eran funcionarios que “fueron retenidos de forma arbitraria y amenazados” de muerte, aseguró a W radio el general Raúl Flórez, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega del Ejército.
Según Flórez, “los vehículos estaban perfectamente identificados con emblemas humanitarios (…) de la Organización de las Naciones Unidas” y, antes de incendiar el automóvil, los agresores advirtieron a los funcionarios que “no estaban conformes con la presencia del organismo internacional” en la zona.
El alto mando militar culpó del ataque al disidente conocido con el alias de Álvaro Boyaco, subordinado de alias Gentil Duarte, comandante de la disidencia más poderosa de la otrora guerrilla de las FARC.
“La nación entera debe condenar (…) el atentado en contra de la comisión humanitaria que adelantaba labores en defensa de la población civil”, reclamó la Consejera Presidencial para los Derechos Humanos, Nancy Gutiérrez, en un comunicado.
El ataque representa “una clara infracción al derecho internacional y un atentado contra la institucionalidad que no podemos tolerar”, enfatizó.
Histórica zona de influencia guerrillera, la región del Caquetá sigue albergando en sus selvas a grupos armados que se apartaron de la paz firmada por las FARC en 2016 y que se dedican mayoritariamente al narcotráfico, según inteligencia militar.
Aunque el histórico pacto alivió la violencia política, Colombia atraviesa una de las peores arremetidas de grupos armados de los últimos años.