Miles de personas coparon este viernes la céntrica Plaza Italia, en Santiago de Chile, en la protesta más multitudinaria que se celebra desde el inicio de la pandemia en marzo y a dos días del primer aniversario del llamado “estallido social”.
En un ambiente festivo y con escasa presencia policial, los asistentes corearon lemas como “Chile despertó” y “El pueblo unido jamás será vencido”, mientras grupos tocaban “El derecho a vivir en paz”, del cantautor chileno Víctor Jara.
“Gracias valiente juventud”, decía el cartel que portaba José Sarabia, de 73 años, cuyos dos hijos resultaron heridos por impacto de balines durante las marchas del año pasado.
El próximo 18 de octubre se cumple un año desde que estallaron en Chile las revueltas contra el Gobierno y la desigualdad económica más graves desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema, con saqueos e incendios.
“Estamos en la calle desde hace un año. La pandemia nos ha pesado, pero seguimos. Lo que queremos es que haya dignidad para la gente”, indicó a Efe Juan José Rainao, dirigente de la etnia mapuche, la más grande del país.
A diferencia de las violentas marchas de las dos últimas semanas, la concentración transcurrió de forma pacífica al menos hasta las 20:30 hora local, aunque se dieron algunos enfrentamientos con las fuerzas en los alrededores de la plaza.
De rojo, “por los caídos”
El cuerpo policial de Carabineros está en el punto de mira por su crudeza en la represión de las marchas y diversos organismos internacionales, como la ONU, les han acusado de haber cometido violaciones a los derechos humanos.
Según el Ministerio Público, hay más de 4.600 causas abiertas contra las fuerzas de seguridad, pero sólo 75 agentes han sido imputados.
“El domingo va a salir mucha más gente y probablemente habrá mucha violencia en las poblaciones. Es una de las preocupaciones que tenemos como pueblo”, agregó por su parte la joven Gabriela Amaro.
A primera hora de la tarde, varios manifestantes pintaron completamente de rojo, en honor a las víctimas de la violencia policial durante la crisis, el monumento al general Manuel Baquedano que preside la rotonda, bautizada popularmente como “Plaza Dignidad”. Allí, otro grupo desplegó una gran tela negra con el mensaje “Fuera Piñera”.
La estatua del héroe de la Guerra del Pacifico contra Perú y Bolivia fue restaurada durante la pandemia, cuando la capital estaba en cuarentena y no había protestas, tras semanas llena de banderas y pintadas con emblemas antigubernamentales y a favor de una nueva Constitución.
“El rojo representa a nuestros caídos, que son muchos, los que están presos, los mutilados y todas las violaciones a los derechos humanos. Por eso seguimos aquí en las calles”, explicó a Efe el joven encapuchado Enzo.
Donde sí hubo desmanes más graves, con barricadas y lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad, fue en las ciudades costeras de Viña del Mar y Valparaíso, a 110 kilómetros de la capital.
Las concentraciones de este viernes se celebran a menos de diez días de que más de 14,5 millones de chilenos decidan en un histórico plebiscito si quieren reemplazar la actual Constitución, heredada de la dictadura y vista como el origen de las desigualdades que aquejan al país por darle un papel secundario al Estado en la provisión de servicios básicos.