La preocupación por el avance del coronavirus en Italia crece. Los contagios en el país transalpino, el primero de Europa en sufrir los estragos de la pandemia, han aumentado drásticamente en estos últimos días. Este jueves se han registrado casi 5.400 nuevos contagios, siendo la primera vez desde el pasado marzo que se supera el umbral de los 5.000. El jueves se acumularon casi 4.500, la peor cifra desde abril.
Hasta ahora Italia era de los grandes países europeos que había logrado mantener a raya la segunda ola de la Covid-19, pero parece que ese periodo de tranquilidad ha terminado. El umbral de los 5.000 era el que los científicos y las autoridades se habían definido como un límite. Por debajo de esos contagios era relativamente sencillo rastrear a todos los contactos de los nuevos positivos. Ahora la tarea será más difícil.
Los expertos consideran que hasta 5.000 era relativamente sencillo rastrear a todos los contactos
Por el momento Italia sólo ha impuesto la mascarilla obligatoria en todo el país como única nueva medida para luchar contra la Covid-19, aunque el asesor del ministerio de Sanidad Walter Ricciardi ha avanzando que están sopesando crear nuevas restricciones si siguen avanzando los casos. Hace unos días los medios adelantaban que la intención del Ejecutivo era acortar el horario de bares y restaurantes. Al final no lo hicieron, pero ése podría ser el próximo paso.
El Gobierno de Giuseppe Conte también ha prolongado hasta el próximo 31 de enero el estado de emergencia, algo que les permite decretar sobre la Covid-19 sin tener que pasar por el Parlamento. Esto da más poderes al Ejecutivo central que, sin embargo, ha permitido que las regiones puedan emitir ordenanzas para aumentar las restricciones contra el virus, pero no para suavizar las decisiones gubernamentales.
Esto ha llevado a que la región del Lacio haya tomado nuevas medidas restrictivas en la provincia de Latina, muy cerca de Roma, donde existe un foco, y se han prohibido las reuniones de más de seis personas y las fiestas. La región de Campania, cuya capital es Nápoles, es una de las más afectadas por un virus que ya no está concentrado sólo en el norte del país. El gobernador Vincenzo de Luca ha impuesto un toque de queda en los bares, y no descarta tampoco un nuevo confinamiento si los contagios siguen al alza.
“El objetivo es tener más o menos un equilibrio entre nuevos contagios y personas curadas –ha dicho De Luca–. Pero, si este equilibrio salta, es decir si tuviésemos 1.000 contagios y 200 curados en un día, habrá confinamiento. Si en términos absolutos hay 800 positivos en un día lo cerramos todo”.
Sin embargo, aunque los contagios se hayan incrementado a los niveles de la época más cruda de la pandemia, los ingresos hospitalarios y los fallecidos son muchos menos. Este viernes se han registrado 28 muertos y, en total, hay 387 ingresados en cuidados intensivos en todo el país. El aumento de los contagios también responde a un aumento drástico de las pruebas de Covid. Hoy se ha vuelto a superar el récord, con 129.500 test realizados. El alto número de PCR ha saturado los centros médicos del país, y por eso el Gobierno permitirá que los médicos de cabecera los puedan realizar ellos mismos.