Los fallecidos, todos por ahogamiento, se han registrado en uno en la isla de Marinduque y dos en la provincia de Negros Oriental, en la región central de Bisayas.
Los desaparecidos son todos marineros que se encontraban en alta mar al paso del tifón: 8 marineros de un barco que navegaba en las aguas de la provincia oriental de Catanduanes -otros cuatro tripulantes han ido encontrados con vida-; y uno en Camarines del Sur.
Debido al paso de Molave, que causó fuertes vientos, inundaciones y deslizamientos de tierra, más de 70.000 permanecen evacuadas de sus hogares en el centro del país.
Debido a la pandemia de covid-19, las labores de evacuación se complicaron, ya que se debe garantizar la distancia social en los refugios -la mayoría está en colegios donde no se permite más de ocho personas por clase- y el uso de mascarilla es obligatorio.
La tormenta, que se convirtió en tifón pocas horas antes de llegar a Filipinas la tarde del domingo, tocó tierra hasta cinco veces en su trayecto de este a oeste barriendo las islas del centro del país.
El tifón, con vientos sostenidos de 125 kilómetros por hora y rachas de 180 km/h, abandonó el área de responsabilidad de Filipinas la mañana del martes con rumbo a Vietnam, donde ya ha comenzado la evacuación de 1,2 millones de personas como precaución.