El coronavirus no ha podido con el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, que este lunes ha abandonado el hospital San Raffaele de Milán tras once días hospitalizado. “Ha sido la prueba más peligrosa de mi vida”, ha dicho el magnate, que ha leído un comunicado en su salida, a pie, en traje, bronceado y sonriente, del centro sanitario. “También me librado esta vez”, ha celebrado tras retirarse la mascarilla.
Ahora Il Cavaliere pasará un tiempo en aislamiento en su casa de Arcore, en las afueras de Milán, hasta que dé negativo a un segundo PCR. Berlusconi no ha desaprovechado la ocasión para agradecer a los médicos que le han tratado. Que, según ha dicho, se sorprendieron por la carga viral que mostraban sus pruebas, “la más alta entre las decenas de miles observadas en el San Raffaele”.
“Por fortuna cuando me lo comunicaron estaba ya en la fase de recuperación de la neumonía bilateral que me ponía entre los sujetos más a riesgo”, ha añadido. El expremier ha dicho que los primeros tres días fueron los momentos más difíciles, que los superó gracias al apoyo que ha recibido. “Cada uno de nosotros está expuesto al riesgo de contagiar a otros, renuevo a todos el llamamiento a a la máxima responsabilidad personal y social”.
Berlusconi era considerado un paciente crítico tanto por su edad –cumplirá 84 años a finales de mes– como por sus patologías previas. Entre ellas, una intervención de corazón en el 2016 por una insuficiencia aórtica severa y un cáncer de próstata.
Se contagió de la Covid-19 hace dos semanas, presumiblemente en su mansión de Cerdeña, Villa Certosa. Entró en su suite del hospital la noche del 3 de septiembre después de que se lo pidiera su médico personal, Alberto Zangrillo, que también es jefe de los anestesistas en el mismo centro sanitario, cuando aparecieron los primeros síntomas. Zangrillo –muy polémico en Italia porque en junio dijo que el virus estaba “clínicamente muerto”– aseguró esta semana que, “de haber ocurrido en marzo o en abril, Berlusconi ya estaría muerto”.
En los últimos días también ha dado positivo su hija mayor, Marina Berlusconi, de 54 años, que permanece aislada con sus hijos y marido en Milán. Anteriormente habían resultado contagiados su pareja, Marta Fascina, y otros dos de sus hijos.