Cualquiera que haya sufrido, vivido de cerca o sido testigo del terror de los atentados de ETA y el llamado “conflicto vasco” experimentará fuertes emociones cuando vea Patria , la serie de ocho capítulos que Aitor Gabilondo presenta hoy en el Festival de San Sebastián: una cuidada versión para HBO de la exitosa novela de Fernando Aramburu. Ya cuando el año pasado vimos un primer y breve avance en el propio certamente donostiarra, gran parte de los asistentes dejaron ver sus ojos en llanto, la piel de gallina. Ahora, los tres capítulos avanzados a la prensa reafirman la impresión de que así le ocurrirá a gran parte del público cuando vea la producción completa.
En palabras de su creador y director, Patria es un viaje “del dolor al abrazo”. Un duro y doliente viaje relatado “a ras de suelo” desde la intimidad de dos familias imaginarias pero absolutamente creíbles y representativas de una sociedad vasca partida en dos por el terror. Elena Irureta y Ane Gabarain lo bordan en su interpretación de Bittori y Miren, respectivamente la esposa y luego viuda del “objetivo”, y la madre del terrorista. También ellas han hablado con La Vanguardia al hilo de la première de la serie en el certamen de Zinemaldia.
La presentación de Patria ha tenido como prolegómeno, en días pasados, una fuerte polémica al publicarse su cartel anunciador. La imagen reúne sendos fotogramas de la víctima del atentado en la serie cuando yace en el suelo y su viuda trata de socorrerlo, y, en la otra mitad del cartel, la del etarra protagonista, también abatido en el suelo aunque vivo, mientras los policías que acaban torturarle charlan distraídamente. La agrupación de estas dos escenas provocó y sigue ocasionando numerosas acusaciones de “equidistancia” a los responsables de la serie.
Gabilondo responde que no comparte esa crítica, y razona: “Contraponer ideas, que es lo que aquí hacemos con imágenes, es la base del conocimiento y el avance. No equiparamos un asesinato con unas torturas porque no son acciones equiparables y por tanto no tendría sentido igualarlas. Pero el dolor no tiene bando, y todos somos parte de la misma historia. Eso no quiere decir que todos ocupemos el mismo lugar. Pero negar la relación entre lo que ocurre a unos y otros es ridículo”.
El también creador de series como El Príncipe o Vivir sin permiso cree que en el País Vasco “queda mucho por cicatrizar y curar”. Para aquellas generaciones que vivieron el conflicto en su juventud o edad madura será “muy difícil”, añade. Pero lo que toca ahora, a su juicio, “no es hablar de cada uno sino del futuro”. Y Gabilondo desearía que “un producto audiovisual como es una serie, “asequible y popular” pueda contribuir a esa conversación imprescindible para una reconciliación.
Irureta coincide, y añade que “ha llegado el momento de soltarse a llorar”, así como de hablar y de romper “el tabú” de este drama que tantos resentimientos y tanta “carga emocional” arrastra. Ella misma muestra alguna dificultad para dejar de lado esa emoción durante la charla. Sobre todo cuando recuerda cómo abordó la que tal vez es la escena más impactante de la serie: aquella en la que Bittori escucha disparos en la calle al poco de haber salido de casa el marido, baja las escaleras, corre por la calzada mientras vislumbra el cuerpo de el Txato y, entre gritos de dolor bajo la lluvia, en la más cruel de las soledades, llega junto a él, se arrodilla, lo ve ensangrentado, trata de volverlo y pide auxilio…, en vano.
“Ha llegado el momento de soltarse a llorar, de hablar y de romper el tabú”, opina la actriz Elena Irureta (Bittori)
“Cuando te dan un personaje así, tienes que entenderlo, metértelo dentro y entonces actuar. Yo tenía interiorizada a Bittori cuando tocó hacer esa escena. No llegué a plantearme cómo hacerla. Hay cosas que no se pueden ensayar”, explica. Y sólo recuerda lo espontáneo que fue todo: “Fui corriendo sin una idea clara de lo que iba a hacer. Todo salió sin pensarlo, más allá de tratar de sentir lo que puede ocurrirle ahí dentro a alguien que vive una cosa así. ¡Y el cámara me siguió sin desenfocarme, grabando todo bien a la primera!. Cuando terminamos, yo estaba temblando. Entonces oí: ‘Es buena!’. Y casi no podía creerlo. Me derrumbé un poco, era todo muy fuerte”.
Ane Gabarain, por su parte, tiene clara la aspereza de su papel de Miren, primero amiga de Bittori pero después, ante todo, madre del etarra. “Ella es la que tiene el hándicap, y es fácil catalogarla de bruja”, señala la actriz. Porque “no sabe cómo gestionar la situación; es torpe y comete actos garrafales”, dice. Añade que ha conocido “a muchas mujeres como ella”. Y concluye: “El amor de madre es muy poderoso. A veces demasiado. Porque puede llegar a cegar”.
Gabarain (Miren) asegura que ha conocido a muchas mujeres como su personaje, y añade: “El amor de madre es muy poderoso, a veces demasiado. Puede cegar”
Patria se irá exhibiendo a lo largo de los próximos días en el festival donostiarra y se estrenará en HBO el 27 de septiembre.
FUENTE: LA VANGUARDIA