La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, aumentó este lunes la presión sobre Bielorrusia, al pedir que se lleve a cabo una investigación sobre las denuncias de tortura por parte de las fuerzas de seguridad de ese país.
“Teniendo en cuenta su extensión y número, todas las alegaciones de tortura y otras formas de malos tratos deberían ser documentadas y ser objeto de una investigación, para llevar a sus autores ante la justicia”, declaró la ex mandataria chilena en la apertura de la 45ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
“Continuamos recibiendo informes alarmantes sobre la represión violenta y continua de las manifestaciones pacíficas”, agregó Bachelet.
Un poco antes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó la celebración el viernes de una reunión de urgencia sobre Bielorrusia. El pedido fue hecho por la Unión Europea y recibió el apoyo de 25 países, mientras que dos se pronunciaron en contra y 20 se abstuvieron.
Decenas de miles de personas salieron a marchar el domingo en Minsk para protestar contra la reelección del presidente Alexander Lukashenko, a pesar de la represión y la detención de más de 700 manifestantes.
En algunos casos los efectivos antidisturbios utilizaron granadas aturdidoras y cerca del estadio Minsk-Arena, en la capital bielorrusa, un agente con pasamontañas efectuó varios disparos al aire, lo que provocó el pánico entre los congregados. Grupos de manifestantes intentaron construir barricadas en medio de la calzada.
El movimiento de protesta que recorre esta ex república soviética desde la elección del 9 de agosto, que Lukashenko dice haber ganado con el 80% de lo votos, ha logrado congregar cada domingo, desde esa fecha, a más de 100.000 personas en las calles de la capital Minsk.
En tanto, el dictador llegó este lunes a Rusia para reunirse con Vladimir Putin y reafirmar su alianza con su principal sostén internacional.
(Con información de AFP)