“¿Ustedes saben que las oenegés no tienen espacio conmigo, no? Seré duro con esa gente. No consigo matar ese cáncer en gran parte llamado oenegés”, declaró el mandatario en su transmisión semanal en vivo por Facebook.
El mandatario también lamentó las críticas de las ONG al programa “Adopte un parque” lanzado por el ministerio de Medio Ambiente, por el cual serán ofertados más de cien parques nacionales, que equivalen a un 15% de los 4,2 millones de km2 de la Amazonía brasileña, a empresas y fondos nacionales y extranjeros interesados en su mantenimiento y conservación a 10 euros la hectárea.
“Usted puede criticar (…), usted que está en una onegecita cogiendo dinero de fuera”, aformó. Poco antes, dijo que hay una campaña orquestada por “canallas” que le acusan de estar “incendiando la Amazonía”.
Bolsonaro es criticado dentro y fuera de Brasil por defender la apertura de la Amazonía a la explotación minera, energética y agropecuaria.
Las ONG ambientalistas le atribuyen la responsabilidad del alarmante aumento de los incendios, en su gran mayoría consecuencia de la deforestación y la quema de pastos, registrados el año pasado y que están casi al mismo nivel este año.
En agosto, los focos de incendios detectados por satélite disminuyeron 5% respecto el mismo mes de 2019, cuando marcaron un récord en nueve años.
Eso a pesar de que el gobierno de Bolsonaro envió en mayo a las Fuerzas Armadas para combatir los crímenes ambientales y prohibió en julio el uso de fuego en la agricultura en la selva durante 120 días.
Los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) revelaron que los incendios en el Pantanal brasileño, un santuario de la biodiversidad situado al sur de la Amazonía, se triplicaron en agosto frente al mismo período de 2019, alcanzando la segunda peor marca para ese mes de la serie histórica.